29/06/2016, 12:15
El gigantón se vio superado en apenas un instante, sin saber como ni por qué se encontraba postrado y sin ninguna oportunidad de defenderse de aquel crío. Si todo aquello no fuese poco, sus dos subordinados ni siquiera se atrevían a mover un dedo.
—¡Esta bien, esta bien, tu ganas chico! ¡Lo siento!— se disculpo el gigantón que se dejó caer al suelo para escapar del agarre, tras esto se alejó gateando como si de un bebé gigante se tratase
—¡Nos largamos, ya hablaremos luego!— ordenó a sus subordinados que a la velocidad de la luz abandonaron el lugar
Los clientes dejaron escapar un suspiro de alivio cuando los matones desaparecieron, al parecer no era muy normal que aquel tipo de gente acudiese al pequeño local o al menos eso supuso Mitsuki por la manera de actuar de todos los presentes.
—Vaya, eres muy fuerte Rin— alabó la Hyuga que ni siquiera tuvo que intervenir en la escena, pues el pelirubio había resuelto la situación rápidamente
El camarero volvió a la barra tras escuchar los gritos de los tipos que se retiraban, miró al muchacho que los había expulsado y se quedó rascándose la cabeza un instante. No parecía creerse que los hubiese echado, pero desde el umbral de la puerta de la cocina había visto todo el jaleo mientras uno de sus compañeros iba a buscar a la guardia
—Vaya chico, eres impresionante— comenzó el camarero —Muchas gracias por librarte de esos tres, no suelen dar muchos problemas pero siempre incomodan a nuestros clientes. Así que a modo de compensación la comida os sale gratis—
—Por cosas como esta deben de decir eso de "No hay mal que por bien no venga", supongo— señaló la Hyuga mientras se tomaba el mentón reflexivamente
—¡Esta bien, esta bien, tu ganas chico! ¡Lo siento!— se disculpo el gigantón que se dejó caer al suelo para escapar del agarre, tras esto se alejó gateando como si de un bebé gigante se tratase
—¡Nos largamos, ya hablaremos luego!— ordenó a sus subordinados que a la velocidad de la luz abandonaron el lugar
Los clientes dejaron escapar un suspiro de alivio cuando los matones desaparecieron, al parecer no era muy normal que aquel tipo de gente acudiese al pequeño local o al menos eso supuso Mitsuki por la manera de actuar de todos los presentes.
—Vaya, eres muy fuerte Rin— alabó la Hyuga que ni siquiera tuvo que intervenir en la escena, pues el pelirubio había resuelto la situación rápidamente
El camarero volvió a la barra tras escuchar los gritos de los tipos que se retiraban, miró al muchacho que los había expulsado y se quedó rascándose la cabeza un instante. No parecía creerse que los hubiese echado, pero desde el umbral de la puerta de la cocina había visto todo el jaleo mientras uno de sus compañeros iba a buscar a la guardia
—Vaya chico, eres impresionante— comenzó el camarero —Muchas gracias por librarte de esos tres, no suelen dar muchos problemas pero siempre incomodan a nuestros clientes. Así que a modo de compensación la comida os sale gratis—
—Por cosas como esta deben de decir eso de "No hay mal que por bien no venga", supongo— señaló la Hyuga mientras se tomaba el mentón reflexivamente