1/07/2016, 18:39
— Lo siento, no me voy a mover de aquí, si molesto, muévete hacia un lado tú. —
Llevaban alrededor de diez minutos, discutiendo cuando ambos escucharon al sujeto de rastas, Hana frunció el ceño notablemente y dejo los pinceles en la cajita de donde los había sacado, señalo a Haze con su dedo y se marchó bastante ofuscada, esto le traería problemas con los cuales lidiaría más tarde.
Haze soltó un largo suspiro, ahora debía cargar todas las herramientas de Hana de vuelta, y además aún seguía allí ese sujeto que Hana pretendía echar, sentía algo de pena por las palabras de su prima, que a fin de cuentas más altanera imposible.
Tras recoger las herramientas y dejarlas en el mismo sitio, se acercó al sujeto armado de valor, cosa que no le era difícil, nunca tuvo problemas para comunicarse con los demás, para hacer una leve reverencia.
—Soy Hyuga Hazegawa, y en nombre de todo el clan, os pido disculpas por la insolencia de mi prima, lamento si interrumpimos su meditación. —
—Hasta cuando tendré que ir disculpando a esta mujer… — Pensó Haze, tomando su postura normal, esperando aquel sujeto desconocido entendiera o al menos aceptara su disculpa.
Llevaban alrededor de diez minutos, discutiendo cuando ambos escucharon al sujeto de rastas, Hana frunció el ceño notablemente y dejo los pinceles en la cajita de donde los había sacado, señalo a Haze con su dedo y se marchó bastante ofuscada, esto le traería problemas con los cuales lidiaría más tarde.
Haze soltó un largo suspiro, ahora debía cargar todas las herramientas de Hana de vuelta, y además aún seguía allí ese sujeto que Hana pretendía echar, sentía algo de pena por las palabras de su prima, que a fin de cuentas más altanera imposible.
Tras recoger las herramientas y dejarlas en el mismo sitio, se acercó al sujeto armado de valor, cosa que no le era difícil, nunca tuvo problemas para comunicarse con los demás, para hacer una leve reverencia.
—Soy Hyuga Hazegawa, y en nombre de todo el clan, os pido disculpas por la insolencia de mi prima, lamento si interrumpimos su meditación. —
—Hasta cuando tendré que ir disculpando a esta mujer… — Pensó Haze, tomando su postura normal, esperando aquel sujeto desconocido entendiera o al menos aceptara su disculpa.