2/07/2016, 01:56
Viéndose prácticamente imposibilitada de ponerse en pie, Noemi decidió responder a su compañera desde el lodo, sentada como si no le molestase en lo más mínimo sentir como su carne se hundía en ese suave terreno. —Ya veremos quien le lava las bragas a quien. —Soltó prácticamente en un susurro ignorando totalmente las acciones de la contraria, ya le tocaría a ella hundirse en el barro.
Luego de un momento de meditación ahí sentada a un lado del gallinero, la Senju decidió retomar su lucha por ponerse de pie comenzando por ponerse a gatas y lentamente irse levantando, apoyando delicadamente un pie sobre el lodo, luego el otro y de allí a alzarse finalmente.
—Al fin… —Se quejó la rubia que prefirió mantenerse quieta por un momento, cosa de saber en qué dirección era conveniente moverse. Pero la pelirroja que tanto se le había adelantado no le dejó más alternativas.
—¡Mové el culo! —Fue lo que la Sakamoto escuchó justo antes de visualizar a la contraria, acercándose a toda velocidad a ella justamente por haberse resbalado. ¿Reacciones? Ninguna por parte de la mayor así que no tardó en caer de frente sobre la pelirroja que dejó de deslizarse justamente por el peso que le había caído encima.
—¡Que te den! —Bramó la de ojos verdes mientras intentaba ponerse en pie reiteradas veces sin éxito, en cada intento terminaba por caer encima de la contraria por culpa del barro. —¿¡Quién te manda a corretear de esa forma!? —Reclamaba la Senju, aplastando una y otra vez a la otra chica e incluso en un par de ocasiones se había caído de modo que el busto le aplastase la cara a Ritsuko.
¿Las gallinas dices? Bien, gracias, la rubia ni siquiera era capaz de levantarse como para preocuparse de esos demonios emplumados.
Luego de un momento de meditación ahí sentada a un lado del gallinero, la Senju decidió retomar su lucha por ponerse de pie comenzando por ponerse a gatas y lentamente irse levantando, apoyando delicadamente un pie sobre el lodo, luego el otro y de allí a alzarse finalmente.
—Al fin… —Se quejó la rubia que prefirió mantenerse quieta por un momento, cosa de saber en qué dirección era conveniente moverse. Pero la pelirroja que tanto se le había adelantado no le dejó más alternativas.
—¡Mové el culo! —Fue lo que la Sakamoto escuchó justo antes de visualizar a la contraria, acercándose a toda velocidad a ella justamente por haberse resbalado. ¿Reacciones? Ninguna por parte de la mayor así que no tardó en caer de frente sobre la pelirroja que dejó de deslizarse justamente por el peso que le había caído encima.
—¡Que te den! —Bramó la de ojos verdes mientras intentaba ponerse en pie reiteradas veces sin éxito, en cada intento terminaba por caer encima de la contraria por culpa del barro. —¿¡Quién te manda a corretear de esa forma!? —Reclamaba la Senju, aplastando una y otra vez a la otra chica e incluso en un par de ocasiones se había caído de modo que el busto le aplastase la cara a Ritsuko.
¿Las gallinas dices? Bien, gracias, la rubia ni siquiera era capaz de levantarse como para preocuparse de esos demonios emplumados.