2/07/2016, 15:38
—Mis oraciones… —
El peliblanco se quedó pensativo unos instantes, como si aquello le hubiese hecho recordar ¿quizás se le había olvidado?
—Tengo algunos deseos, pero teniendo en cuenta los dioses que amparan el linaje de mi familia, podría resultar que sea alguien que no es digno de la gracia de Kazekami… Incluso podría ofenderlo y ganarme su ira.—
Aquella última reflexión confundió un poco a Mitsuki, no tenía mu claro por qué podría enfurecer a Fuujin-sama que un joven cuya familia adorase a otros dioses le rezase a él.
—No importa que dioses te amparen, solo importa que en tus plegarias pongas tu corazón— respondió la peliblanca —El corazón justo no tiene que temer la ira de los dioses— dijo aquello parafraseando a su propia maestra —Ni siquiera los arrepentidos deben temerla, solo los que se vanaglorian del mal que causan y viven al margen de las leyes de los dioses deben temerlos— la joven avanzó un poco hasta quedar frente a frente con el muchacho —Nada temas, Ishimura Kazuma— sonrío cálidamente antes de apartarse —Solo haz lo que sientas, si crees que debes dejar tus plegarias hazlo sin importar la razón— Mitsuki poco a poco se fue alejando del muchacho en dirección al camino —Aunque deberías darte prisa, tu abuela debe de estar esperándote— apuntó la chica al recordar a la señora con la que estaba charlando el chico cuando lo vio antes.
El peliblanco se quedó pensativo unos instantes, como si aquello le hubiese hecho recordar ¿quizás se le había olvidado?
—Tengo algunos deseos, pero teniendo en cuenta los dioses que amparan el linaje de mi familia, podría resultar que sea alguien que no es digno de la gracia de Kazekami… Incluso podría ofenderlo y ganarme su ira.—
Aquella última reflexión confundió un poco a Mitsuki, no tenía mu claro por qué podría enfurecer a Fuujin-sama que un joven cuya familia adorase a otros dioses le rezase a él.
—No importa que dioses te amparen, solo importa que en tus plegarias pongas tu corazón— respondió la peliblanca —El corazón justo no tiene que temer la ira de los dioses— dijo aquello parafraseando a su propia maestra —Ni siquiera los arrepentidos deben temerla, solo los que se vanaglorian del mal que causan y viven al margen de las leyes de los dioses deben temerlos— la joven avanzó un poco hasta quedar frente a frente con el muchacho —Nada temas, Ishimura Kazuma— sonrío cálidamente antes de apartarse —Solo haz lo que sientas, si crees que debes dejar tus plegarias hazlo sin importar la razón— Mitsuki poco a poco se fue alejando del muchacho en dirección al camino —Aunque deberías darte prisa, tu abuela debe de estar esperándote— apuntó la chica al recordar a la señora con la que estaba charlando el chico cuando lo vio antes.