2/07/2016, 20:13
La rubia parecía tener cierto problema de reacción y en consecuencia Ritsuko terminó tumbándola sin problemas por lo que terminó con una voluminosa chica encima, refregándose en sus inútiles intentos por ponerse de pie que terminaron por regalar una hermosa vista al encargado del corral.
—Pedir ayuda a shinobis de fue lo mejor que he hecho en mi vida. —Susurró para sí mismo el cuarentón que disfrutaba de aquella escena.
En un principio pareció un simple accidente, luego a medida que Noemi intentaba levantarse y en consecuencia golpeaba y aplastaba reiteradas veces a la menor comenzó a parecerse más bien a una pelea en el barro, esas que suelen hacerse entre mujeres para el entretenimiento masculino y claro, allí tenían a su público de una sola persona que no iba a quejarse incluso si en el proceso le mataban alguna gallina o si le permitían que se escapasen.
—¡Ya, mierdas! —Bramó la pelirroja luego de que un par de senos le aplastasen la cara y le cortasen por un instante la respiración. —¡Quita!
Dejando las delicadezas a un lado, la chica de ojos rojos optó por atrapar aquellos voluminosos senos que la habían estado agrediendo todo el rato y de allí obligó a la contraria a hacerse a un lado. Si le hizo daño o no le era indiferente, lo que quería era levantarse de una bendita vez como cualquier persona normal haría a no ser… Que seas una rubia inútil que se pasó la vida en su casa recibiendo todos los lujos que pidiera.
—Que no es tan difícil levantarse… —Se quejó una vez en pie mirando severa a la de ojos verdes.
Sin más preámbulos, la kunoichi volvió a acercarse a las gallinas, había una extrañamente distraída que no le llevó el apunte a la chica incluso cuando estuvo al alcance de una mano y en consecuencia fue atrapada fácilmente, sin accidentes ni nada por el estilo. ~Seguro se pensó que me caería como otras que yo me sé. ~Pensó Ritsuko desviando levemente la mirada a su compañera mientras llevaba al animal en brazos hasta el corral donde lo dejaría encerrado.
—Pedir ayuda a shinobis de fue lo mejor que he hecho en mi vida. —Susurró para sí mismo el cuarentón que disfrutaba de aquella escena.
En un principio pareció un simple accidente, luego a medida que Noemi intentaba levantarse y en consecuencia golpeaba y aplastaba reiteradas veces a la menor comenzó a parecerse más bien a una pelea en el barro, esas que suelen hacerse entre mujeres para el entretenimiento masculino y claro, allí tenían a su público de una sola persona que no iba a quejarse incluso si en el proceso le mataban alguna gallina o si le permitían que se escapasen.
—¡Ya, mierdas! —Bramó la pelirroja luego de que un par de senos le aplastasen la cara y le cortasen por un instante la respiración. —¡Quita!
Dejando las delicadezas a un lado, la chica de ojos rojos optó por atrapar aquellos voluminosos senos que la habían estado agrediendo todo el rato y de allí obligó a la contraria a hacerse a un lado. Si le hizo daño o no le era indiferente, lo que quería era levantarse de una bendita vez como cualquier persona normal haría a no ser… Que seas una rubia inútil que se pasó la vida en su casa recibiendo todos los lujos que pidiera.
—Que no es tan difícil levantarse… —Se quejó una vez en pie mirando severa a la de ojos verdes.
Sin más preámbulos, la kunoichi volvió a acercarse a las gallinas, había una extrañamente distraída que no le llevó el apunte a la chica incluso cuando estuvo al alcance de una mano y en consecuencia fue atrapada fácilmente, sin accidentes ni nada por el estilo. ~Seguro se pensó que me caería como otras que yo me sé. ~Pensó Ritsuko desviando levemente la mirada a su compañera mientras llevaba al animal en brazos hasta el corral donde lo dejaría encerrado.