6/07/2016, 17:57
—¿Tanto se nota que no soy de aquí? —bromeó la Hyuga alegremente—. Si te digo la verdad tampoco es muy común —comentó sin ningún rubor—. Según me contaron mis matronas pocas veces aparece.
—Entiendo… Resulta ser algo bastante interesante —Dijo, fascinado por aquel extraño capricho genético.
El bosque parecía mucho menos confuso y extraño con aquella joven guiándole. De hecho, hasta se hacia un lugar agradable. El camino de vuelta resultaba realmente sencillo, solo había que seguir la senda ancha y con ello se llegaba al templo principal.
«¿Sus rasgos felinos y su atractivo también serán parte de esa particularidad?»
Al joven de blancos cabellos también le causaba un poco de curiosidad el origen de la chica. Pues le daba la impresión de que provenía de un lugar bastante rural y religioso. En ese contexto el Ishimura había comprobado que las personas que compartían sus rasgos eran vistos de forma distinta; En los pueblos con creencias más antiguas, los albinos podrían ser considerados una de dos cosas; O mensajeros del infortunio o seres espiritualmente superiores. Uzushio era un lugar bastante variopinto, pues siempre ha habido gran cantidad de etnias, pero de igual forma había tenido la oportunidad de encontrarse con ancianos que se mostraban un poco temerosos hacia su cabello ya que según sus creencias era una señal de “mal agüero”.
«Por lo que ha dicho, probablemente la consideran una sacerdotisa… ¿Pero sería eso lo que ella quería, o tan solo fue lo que se le impuso?»
Antes de darse cuenta ya habían logrado salir de la arboleda.
—Vaya, hemos tenido suerte. No nos hemos perdido —celebró la Hyuga una vez se adentraron en la plaza—. Debo ser una buena guía.
—Sí, creo que lo eres, pues seguramente yo me hubiese perdido… De nuevo —aseguro con cierto tono humorístico—. Creo que me he tomado más tiempo del que me correspondía… —miro al cielo, tratando de ver que tan tarde se le había hecho.
»Ha sido un rato agradable, Hyuga Mitsuki «excepto por lo de perderme y por lo del susto.», pero aquí es donde nos despedimos —se notaba cierto tono de decepción en su voz—. De verdad es una lástima; Eres una persona interesante y tenía muchas cosas que quería preguntar.
El joven comenzó a caminar hacia las escaleras del templo y en cierto punto se giró hacia la jovencita.
—Tengo la sensación de que nos volveremos a ver, así que esto es tan solo un hasta pronto. — Dejó escapar una leve sonrisa y comenzó a caminar de nuevo, mientras las personas que llegaban iban cubriendo y ocultando su silueta.
—Entiendo… Resulta ser algo bastante interesante —Dijo, fascinado por aquel extraño capricho genético.
El bosque parecía mucho menos confuso y extraño con aquella joven guiándole. De hecho, hasta se hacia un lugar agradable. El camino de vuelta resultaba realmente sencillo, solo había que seguir la senda ancha y con ello se llegaba al templo principal.
«¿Sus rasgos felinos y su atractivo también serán parte de esa particularidad?»
Al joven de blancos cabellos también le causaba un poco de curiosidad el origen de la chica. Pues le daba la impresión de que provenía de un lugar bastante rural y religioso. En ese contexto el Ishimura había comprobado que las personas que compartían sus rasgos eran vistos de forma distinta; En los pueblos con creencias más antiguas, los albinos podrían ser considerados una de dos cosas; O mensajeros del infortunio o seres espiritualmente superiores. Uzushio era un lugar bastante variopinto, pues siempre ha habido gran cantidad de etnias, pero de igual forma había tenido la oportunidad de encontrarse con ancianos que se mostraban un poco temerosos hacia su cabello ya que según sus creencias era una señal de “mal agüero”.
«Por lo que ha dicho, probablemente la consideran una sacerdotisa… ¿Pero sería eso lo que ella quería, o tan solo fue lo que se le impuso?»
Antes de darse cuenta ya habían logrado salir de la arboleda.
—Vaya, hemos tenido suerte. No nos hemos perdido —celebró la Hyuga una vez se adentraron en la plaza—. Debo ser una buena guía.
—Sí, creo que lo eres, pues seguramente yo me hubiese perdido… De nuevo —aseguro con cierto tono humorístico—. Creo que me he tomado más tiempo del que me correspondía… —miro al cielo, tratando de ver que tan tarde se le había hecho.
»Ha sido un rato agradable, Hyuga Mitsuki «excepto por lo de perderme y por lo del susto.», pero aquí es donde nos despedimos —se notaba cierto tono de decepción en su voz—. De verdad es una lástima; Eres una persona interesante y tenía muchas cosas que quería preguntar.
El joven comenzó a caminar hacia las escaleras del templo y en cierto punto se giró hacia la jovencita.
—Tengo la sensación de que nos volveremos a ver, así que esto es tan solo un hasta pronto. — Dejó escapar una leve sonrisa y comenzó a caminar de nuevo, mientras las personas que llegaban iban cubriendo y ocultando su silueta.