9/07/2016, 22:21
Curiosamente lo de meter las gallinas al gallinero era muy sencillo, como si las que eran encerradas se resignaran totalmente y se sentaran a ver como las demás seguían en su lucha por la libertad, o tal vez estaban esperando al mejor momento para actuar, a saber.
De cualquier manera, aunque se diga que la naturaleza es sabia, Noemi no tomaría el ejemplo de los emplumados resignándose a perder aquella apuesta que había hecho con la pelirroja, es más, ignoró totalmente ese intento de provocación y pasó directamente a buscar más gallinas que algunas hasta se daban el lujo de saltarle en la cabeza cuando ella se agachaba a intentar atraparles.
~Pájaros de mierda… ~Repetía constantemente en su cabeza sin dejar sus intentos por atrapar otra gallina, además, cuanto antes terminasen antes podría darse un baño y sacarse todo el barro de encima que no le agradaba en lo más mínimo.
A diferencia de la pelirroja, la rubia aún no había caído en cuenta de que podría utilizar su chakra para mantenerse mejor parada en el barro por lo que seguía moviéndose con suma cautela de un lado a otro, persiguiendo las gallinas que no paraban de hacer burla y más de una vez hasta le habían pasado por entre las piernas.
De un lado a otro, las gallinas iban y venían y entre tantas burlas la kunoichi terminó por aprenderse alguno de los repetidos métodos que estaban utilizando para burlarla y finalmente cuando una de las aves intentó saltarle en la cabeza logró atraparla por los costados con ambas manos. El animal se quejó un poco claro y comenzó a aletear, pero el nuevo sombrero de la mayor parecía estar bien agarrado hasta que fue llevado al corral.
—Siete. —Soltó algo cansada ya, el barro se estaba volviendo demasiado pesado para su gusto.
De cualquier manera, aunque se diga que la naturaleza es sabia, Noemi no tomaría el ejemplo de los emplumados resignándose a perder aquella apuesta que había hecho con la pelirroja, es más, ignoró totalmente ese intento de provocación y pasó directamente a buscar más gallinas que algunas hasta se daban el lujo de saltarle en la cabeza cuando ella se agachaba a intentar atraparles.
~Pájaros de mierda… ~Repetía constantemente en su cabeza sin dejar sus intentos por atrapar otra gallina, además, cuanto antes terminasen antes podría darse un baño y sacarse todo el barro de encima que no le agradaba en lo más mínimo.
A diferencia de la pelirroja, la rubia aún no había caído en cuenta de que podría utilizar su chakra para mantenerse mejor parada en el barro por lo que seguía moviéndose con suma cautela de un lado a otro, persiguiendo las gallinas que no paraban de hacer burla y más de una vez hasta le habían pasado por entre las piernas.
De un lado a otro, las gallinas iban y venían y entre tantas burlas la kunoichi terminó por aprenderse alguno de los repetidos métodos que estaban utilizando para burlarla y finalmente cuando una de las aves intentó saltarle en la cabeza logró atraparla por los costados con ambas manos. El animal se quejó un poco claro y comenzó a aletear, pero el nuevo sombrero de la mayor parecía estar bien agarrado hasta que fue llevado al corral.
—Siete. —Soltó algo cansada ya, el barro se estaba volviendo demasiado pesado para su gusto.