17/07/2016, 17:06
- Hola sensei y compañeros, mi nombre es Akimichi Kaiten, tengo 15 años y estoy ansioso por dar lo mejor de mi después de mucho y duro trabajo para graduarme, cosa que hice hace poquísimo. Mi sueño… - Kaiten se quedó embobado, no se había fijado en su sensei hasta ese momento, ahora que estaba más cerca de ella. Normalmente se quedaba tonto mirando las nubes, o como se hacían las patatas en el fuego, pero algo sintió al ver a su sensei. Le resultó… algo especial, aunque un poco despistada talvez por lo que había visto hasta el momento, pero bueno, solo había que mirarle a él, un pleno despistado con cualquier cosa.
- ¿Kaiten? – Dijo Katsura, despertándolo de su encantamiento. ¿Cuánto rato llevaba con esa cara de lerdo sin haber acabado la frase que había empezado antes?
- ¡Joder Kaiten, reacciona! ¡Que hoy es un día importante y has de causar buena impresión! – Pensó para él. - ¡Sí! ¡Mi sueño es que llegue la hora de comer! Digo de cenar, digo… ¡SER UN NINJA COMO LO FUE MI PADRE! ¡Honesto, leal y realizar mi trabajo para proteger al débil contra el fuerte! – Afirmó al fin con voz clara. Que tonto estaba, era ya más de lo normal.
Para cuando acabó notó que Katsura le había devuelto una sonrisa a modo de respuesta, como comprendiendo su nerviosismo.
- Muy bien Kaiten, y tranquilo que hasta los ninjas tenemos nuestros horarios para comer. – Respondió ella.
Eso ya lo tranquilizó más después del lío que se había hecho. Excepto que notaba algo. Giró su cabeza hacia los lados y sus dos compañeros tenían los ojos como platos e incluso algo de expresión en sus caras de haberse reído por lo anteriormente dicho. Meh, solo había sido un lapsus, seguro que se caerían bien a medida que se conocieran, alomejor ni siquiera se habrían fijado en que era un poco gordo, seguro que eran buenos chicos. Almenos de la sensei sí que estaba seguro de que le había mostrado bien como era él, eso le agradaba. Y ahora que ya conocía a Hazegawa porque se había presentado, y además había tenido más tiempo para observarlo al llegar, solo tenía curiosidad por saber del otro muchacho, quien apenas había hecho que aparecer.
- Y tú eres el ultimo que queda, cuéntanos. – Dijo Katsura dirigiendo la mirada al último en llegar, todos teníamos curiosidad. Además Kaiten tenía hambre y empezó a sentir sonidos en el estómago así que incitó con la mirada él también al tercero para que se apresurara.
- ¿Kaiten? – Dijo Katsura, despertándolo de su encantamiento. ¿Cuánto rato llevaba con esa cara de lerdo sin haber acabado la frase que había empezado antes?
- ¡Joder Kaiten, reacciona! ¡Que hoy es un día importante y has de causar buena impresión! – Pensó para él. - ¡Sí! ¡Mi sueño es que llegue la hora de comer! Digo de cenar, digo… ¡SER UN NINJA COMO LO FUE MI PADRE! ¡Honesto, leal y realizar mi trabajo para proteger al débil contra el fuerte! – Afirmó al fin con voz clara. Que tonto estaba, era ya más de lo normal.
Para cuando acabó notó que Katsura le había devuelto una sonrisa a modo de respuesta, como comprendiendo su nerviosismo.
- Muy bien Kaiten, y tranquilo que hasta los ninjas tenemos nuestros horarios para comer. – Respondió ella.
Eso ya lo tranquilizó más después del lío que se había hecho. Excepto que notaba algo. Giró su cabeza hacia los lados y sus dos compañeros tenían los ojos como platos e incluso algo de expresión en sus caras de haberse reído por lo anteriormente dicho. Meh, solo había sido un lapsus, seguro que se caerían bien a medida que se conocieran, alomejor ni siquiera se habrían fijado en que era un poco gordo, seguro que eran buenos chicos. Almenos de la sensei sí que estaba seguro de que le había mostrado bien como era él, eso le agradaba. Y ahora que ya conocía a Hazegawa porque se había presentado, y además había tenido más tiempo para observarlo al llegar, solo tenía curiosidad por saber del otro muchacho, quien apenas había hecho que aparecer.
- Y tú eres el ultimo que queda, cuéntanos. – Dijo Katsura dirigiendo la mirada al último en llegar, todos teníamos curiosidad. Además Kaiten tenía hambre y empezó a sentir sonidos en el estómago así que incitó con la mirada él también al tercero para que se apresurara.