19/07/2016, 15:33
Era cierto que el calor era aberrante, pero nada que aquella costa de brillantes olas y blanca arena no arreglaran. Así pues, todos los que pudieran permitirse pasar el día en la playa estarían allí, con eso descartabas a los que tenían que trabajar, que era media villa. Además, era lo bastante grande como para que no se aglutinaran todas las personas en un mismo sitio.
Nabi, que solo era tonto por fuera, ya llevaba unas horas en la playa. Después de un par de horas retozando en el agua como un delfín tuerto, haciendo que decenas de madres se vieran obligadas a sacar a sus hijos de los alrededores en vista del poco cuidado que tenía el rubio al entrar y salir del agua imitando a los animales marinos. Finalmente se puso a rebozarse en la fina arena blanca de la playa.
Se detuvo cuando ya estaba más que mareado, quedó a unos pasos de donde llegaban las olas, había quedado totalmente embadurnado en arena hasta el punto de que era irreconocible, solo alguien que supiera que estaba ahí podría verlo. Y ahí se quedó, descansando un poco. Entonces una masa de grasas y chakra pasó por su lado, directo al agua.
"¡El reencuentro de una foca con el mar!"
La escena de documental de la naturaleza se alargó un buen rato hasta que el animal marino volvió a salir del agua y se tiró a apenas un metro de Nabi, quien se mantuvo inmóvil para que su camuflaje no se viera afectado. Era un ninja. Tal vez era demasiado invisible para su propio bien, de repente, sintió como alguien le pisaba y de paso se caía encima suyo y de aquel pobre animal. Se levantó de golpe, sobresaltado.
— ¡Habéis desvelado el camuflaje secreto del gran Nabi! Ahora a limpiarse toda esta arena.
Y la pareja de shinobis que estaban ahí al lado verían a un rubio aparecer de la arena, cubierto de esta por todo el cuerpo con la única prenda de un pantalón-bañador amarillo brillante con florecitas carmesíes por todo el bañador y un dibujo que simulaba una bandana de Uzushiogakure en la parte del cinturón. Éste rubio solo aparecer se iría directo al mar, donde se tiraría de cabeza y desaparecería... hasta que se quedara sin aire en los pulmones.
Nabi, que solo era tonto por fuera, ya llevaba unas horas en la playa. Después de un par de horas retozando en el agua como un delfín tuerto, haciendo que decenas de madres se vieran obligadas a sacar a sus hijos de los alrededores en vista del poco cuidado que tenía el rubio al entrar y salir del agua imitando a los animales marinos. Finalmente se puso a rebozarse en la fina arena blanca de la playa.
Se detuvo cuando ya estaba más que mareado, quedó a unos pasos de donde llegaban las olas, había quedado totalmente embadurnado en arena hasta el punto de que era irreconocible, solo alguien que supiera que estaba ahí podría verlo. Y ahí se quedó, descansando un poco. Entonces una masa de grasas y chakra pasó por su lado, directo al agua.
"¡El reencuentro de una foca con el mar!"
La escena de documental de la naturaleza se alargó un buen rato hasta que el animal marino volvió a salir del agua y se tiró a apenas un metro de Nabi, quien se mantuvo inmóvil para que su camuflaje no se viera afectado. Era un ninja. Tal vez era demasiado invisible para su propio bien, de repente, sintió como alguien le pisaba y de paso se caía encima suyo y de aquel pobre animal. Se levantó de golpe, sobresaltado.
— ¡Habéis desvelado el camuflaje secreto del gran Nabi! Ahora a limpiarse toda esta arena.
Y la pareja de shinobis que estaban ahí al lado verían a un rubio aparecer de la arena, cubierto de esta por todo el cuerpo con la única prenda de un pantalón-bañador amarillo brillante con florecitas carmesíes por todo el bañador y un dibujo que simulaba una bandana de Uzushiogakure en la parte del cinturón. Éste rubio solo aparecer se iría directo al mar, donde se tiraría de cabeza y desaparecería... hasta que se quedara sin aire en los pulmones.
—Nabi—