22/07/2016, 23:37
(Última modificación: 22/07/2016, 23:49 por Eikyuu Juro.)
Juro sonrió un poco cuando por fin lograron su objetivo. Después de tanto esfuerzo - estaba seguro de que habían tardado más que la otra vez, después de todo dos habían hecho el trabajo de tres - pudieron dar los últimos trazos a aquel cuadro de paredes blancas.
No mucho después, como si hubiesen activado algún tipo de resorte, apareció Kazuma de la puerta de la casa. Bueno, estaba vivo. Era algo, ¿No?
— Solo nos queda una pintada, lo mejor sería darnos prisa y acabar de una vez. — soltó Nabi, mirándole directamente a él.
— Si... — dijo, abrumado por unos momentos, aunque seguro después. Tenía razón.
Imitó a Nabi quitándose la mascarilla y relajando la tensión de sus brazos y piernas. Se bajó de la pared y cargó nuevamente los utensilios. No tenían descanso, tendrían que comenzar a caminar otra vez.
Numero 14, y hemos acabado
No hizo falta ser adivino para ver que Nabi parecía demostrar por fin algo de emoción. Emociones malas, claro está. No podía ser alegría y felicidad, no. Él trató de evitar un problema mayor. Eran compañeros, después de todo.
— ¿Conseguiste algo interesante? — le preguntó, mirándole directamente — Y ya de paso, ¿Había algún reloj? Saber cuánto nos queda nos vendría bien.
Quiso creer en que si había tardado tanto era porque había hablado de verdad con la anciana y le había sacado cosas. Cosas medianamente útiles al menos. No pensaba reprocharle el que hubiesen tardado más por su culpa, de eso ya se encargaba el vacío de Nabi.
Mientras, si es que Kazuma se ponía las pilas y comenzaran a avanzar, se encontrarían con el mismo escenario de antes. Un largo pasillo de casas en serie. La siguiente en esa fila era la casa número 5, y la siguiente a esa la 7, y así continuamente. Justamente en frente se encontraba la casa número 4 y parecía seguir un esquema similar.
Al contrario que antes, la gente pasaba fluidamente por las calles, como cualquier calle peatonal a esas horas de la tarde. El sol iluminaba el lugar y transmitía un gran calor a todo ser vivo que pasase.
No mucho después, como si hubiesen activado algún tipo de resorte, apareció Kazuma de la puerta de la casa. Bueno, estaba vivo. Era algo, ¿No?
— Solo nos queda una pintada, lo mejor sería darnos prisa y acabar de una vez. — soltó Nabi, mirándole directamente a él.
— Si... — dijo, abrumado por unos momentos, aunque seguro después. Tenía razón.
Imitó a Nabi quitándose la mascarilla y relajando la tensión de sus brazos y piernas. Se bajó de la pared y cargó nuevamente los utensilios. No tenían descanso, tendrían que comenzar a caminar otra vez.
Numero 14, y hemos acabado
No hizo falta ser adivino para ver que Nabi parecía demostrar por fin algo de emoción. Emociones malas, claro está. No podía ser alegría y felicidad, no. Él trató de evitar un problema mayor. Eran compañeros, después de todo.
— ¿Conseguiste algo interesante? — le preguntó, mirándole directamente — Y ya de paso, ¿Había algún reloj? Saber cuánto nos queda nos vendría bien.
Quiso creer en que si había tardado tanto era porque había hablado de verdad con la anciana y le había sacado cosas. Cosas medianamente útiles al menos. No pensaba reprocharle el que hubiesen tardado más por su culpa, de eso ya se encargaba el vacío de Nabi.
Mientras, si es que Kazuma se ponía las pilas y comenzaran a avanzar, se encontrarían con el mismo escenario de antes. Un largo pasillo de casas en serie. La siguiente en esa fila era la casa número 5, y la siguiente a esa la 7, y así continuamente. Justamente en frente se encontraba la casa número 4 y parecía seguir un esquema similar.
Al contrario que antes, la gente pasaba fluidamente por las calles, como cualquier calle peatonal a esas horas de la tarde. El sol iluminaba el lugar y transmitía un gran calor a todo ser vivo que pasase.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60