26/07/2016, 22:55
Nuevamente la mesera se alejó de la mesa de los genin, con la promesa de volver pronto con el abrigo del joven médico. Su compañera y nueva amiga aprovecharía para ponerse de pie y estirar un poco las piernas mientras hacía un gesto con su estomago y sus manos.
Un pequeño paseo hasta la tienda de paraguas servirá para bajar la comida... jajaja
No se quedaría sentado solo, empujaría ligeramente hacía atrás la silla para luego girarla y despegarse del asiento. Dejaría escapar un ligero alarido al desperezarse arqueando la espalda hacía atrás, movimiento que había sido impedido en casi todo momento por la forma de la silla.
Muchas gracias. El servicio ha sido excelente.
Recibió su abrigo y a cambio le dio a la mujer una respetuosa reverencia en señal de agradecimiento. Al enderezarse se colocó el abrigo, iba a necesitarlo hasta tener un paraguas que lo resguardara de la lluvia.
Si, vamos yendo.
Contestó a la peliblanco. Daría entonces los primeros pasos en el nuevo camino hacía la tienda, lo primero que iban a tener que cruzar era la entrada del restaurante. Al llegar a la puerta tomo el picaporte y dio un paso hacía un lado para dejar la entrada despejada para la muchacha.
No dijo nada pero si haría un pequeño gesto con la cabeza, asintiendo. Si bien no había necesidad de ser formal tampoco tenía por qué perder una costumbre tan básica como esa, de sostener la puerta a su acompañante. Una vez la kunoichi cruzara el arco de la puerta la seguiría hasta colocarse bajo el toldo del local.
Teniendo en cuenta la hora que es, la mejor opción sería ir por allá.
Dijo señalando con una mano mientras guardaba la otra en un bolsillo del abrigo. Él iba a volver a su casa con un paraguas, independientemente de las vueltas que fuesen necesarias para comprar uno. Pero no quería hacerle perder mucho mas tiempo a la joven Sarutobi.
Un pequeño paseo hasta la tienda de paraguas servirá para bajar la comida... jajaja
No se quedaría sentado solo, empujaría ligeramente hacía atrás la silla para luego girarla y despegarse del asiento. Dejaría escapar un ligero alarido al desperezarse arqueando la espalda hacía atrás, movimiento que había sido impedido en casi todo momento por la forma de la silla.
Muchas gracias. El servicio ha sido excelente.
Recibió su abrigo y a cambio le dio a la mujer una respetuosa reverencia en señal de agradecimiento. Al enderezarse se colocó el abrigo, iba a necesitarlo hasta tener un paraguas que lo resguardara de la lluvia.
Si, vamos yendo.
Contestó a la peliblanco. Daría entonces los primeros pasos en el nuevo camino hacía la tienda, lo primero que iban a tener que cruzar era la entrada del restaurante. Al llegar a la puerta tomo el picaporte y dio un paso hacía un lado para dejar la entrada despejada para la muchacha.
No dijo nada pero si haría un pequeño gesto con la cabeza, asintiendo. Si bien no había necesidad de ser formal tampoco tenía por qué perder una costumbre tan básica como esa, de sostener la puerta a su acompañante. Una vez la kunoichi cruzara el arco de la puerta la seguiría hasta colocarse bajo el toldo del local.
Teniendo en cuenta la hora que es, la mejor opción sería ir por allá.
Dijo señalando con una mano mientras guardaba la otra en un bolsillo del abrigo. Él iba a volver a su casa con un paraguas, independientemente de las vueltas que fuesen necesarias para comprar uno. Pero no quería hacerle perder mucho mas tiempo a la joven Sarutobi.