29/07/2016, 17:22
Kazuma no se demoró contestando a las preguntas que le hizo. Según su reloj, les quedaba un poco más de dos horas para terminar con la tercera casa y llegar al punto de encuentro acordado con su sensei. No era una mala hora, pero no podían entretenerse mucho, tendrían que rehacer todo el camino de vuelta y eso llevaría su tiempo.
Ahora esperar que el reloj no estuviera retrasado o adelantado. Solo les faltaba eso ya.
—Luego les contare lo que me dijo la señora —les dijo, recogiendo su parte de la limpieza— Por ahora pongámonos en marcha.
– Vale, sólo tenemos que seguir por aquí....
Los tres genin continuaron el camino hacia la tercera casa. Inmersos en la seguridad de la gente, esta vez no habría flechas misteriosas que retrasarían su camino.
No tardarían mucho en llegar, estaban prácticamente al lado. Cruzaron la calle hacia la buena y continuaron el camino de casas pares hasta llegar a una que tuviese el indicador de casa "14". Esta en particular no habría destacado demasiado en condiciones normales. Una casa normal y corriente, oculta entre el resto. Sus paredes están decoradas con un verde pistacho y su tejado rojizo.
La única diferencia es que esta casa - y también las cercanas a la suya, por cierto - tiene una pequeña valla alrededor del jardín que limita el contorno de la casa. Estaba compuesto de vetas marrones que llegaban hasta la mitad de la altura de una persona normal. Dentro de esa valla se encontraba la casa, con un pequeño camino que conducía directamente a la puerta, y a su alrededor, césped de lo que parecía ser un jardín sin plantas y sin flores.
Sin embargo, no habían venido para contemplar o para diferenciar una casa buena de otra mala. La forma más rápida de verla era mirar a sus paredes frontales. Alrededor de la puerta había un gran grafiti que ocupaba una extensión similar al de la ancianita. Esta vez tenía la forma de un hombre. Este tenía una cabeza pequeña, y en lugar de cuerpo, una enorme bola que parecía asemejarse a una enorme barriga. En su cabeza había varias pintadas lineales, representando un bigote, cejas y más pelos. Las piernas y los brazos eran igual de cortos, la barriga es lo que prácticamente destacaba en todo el dibujo. Todo el cuerpo del hombre estaba recubierto y pintado de negro.
En sus cortas manos sujetaba lo que parecía ser una enorme hamburguesa. También había más detalles; el hombre tenía la lengua fuera y había más tinta negra, simulando a la saliva, goteando por toda la pintura. Unas pequeñas letras adornaban la barriga: "Esta es tu mayor cualidad". Cerca de la puerta había una ventana que sorteaba el gran grafiti y manchaba levemente sus cristales.
Para mayor intriga, a pesar de tener una valla, había una puertecita en mitad de esta, para facilitar la entrada a los miembros de la casa que tuviesen la llave. Sin embargo, esta puerta no estaba cerrada, sino levemente abierta, dejando ver por una rendija el interior, como si el dueño hubiese intentado cerrarla y no hubiese podido. Además, detrás de ella había una silla de madera sospechosamente cerca, que impediría que se pudiese abrir del todo, pero si lo suficiente como para que los tres pudieran pasar, uno a uno.
Ante sus ojos se alzaba la última casa. Suya era la decisión de qué hacer ahora.
Ahora esperar que el reloj no estuviera retrasado o adelantado. Solo les faltaba eso ya.
—Luego les contare lo que me dijo la señora —les dijo, recogiendo su parte de la limpieza— Por ahora pongámonos en marcha.
– Vale, sólo tenemos que seguir por aquí....
Los tres genin continuaron el camino hacia la tercera casa. Inmersos en la seguridad de la gente, esta vez no habría flechas misteriosas que retrasarían su camino.
No tardarían mucho en llegar, estaban prácticamente al lado. Cruzaron la calle hacia la buena y continuaron el camino de casas pares hasta llegar a una que tuviese el indicador de casa "14". Esta en particular no habría destacado demasiado en condiciones normales. Una casa normal y corriente, oculta entre el resto. Sus paredes están decoradas con un verde pistacho y su tejado rojizo.
La única diferencia es que esta casa - y también las cercanas a la suya, por cierto - tiene una pequeña valla alrededor del jardín que limita el contorno de la casa. Estaba compuesto de vetas marrones que llegaban hasta la mitad de la altura de una persona normal. Dentro de esa valla se encontraba la casa, con un pequeño camino que conducía directamente a la puerta, y a su alrededor, césped de lo que parecía ser un jardín sin plantas y sin flores.
Sin embargo, no habían venido para contemplar o para diferenciar una casa buena de otra mala. La forma más rápida de verla era mirar a sus paredes frontales. Alrededor de la puerta había un gran grafiti que ocupaba una extensión similar al de la ancianita. Esta vez tenía la forma de un hombre. Este tenía una cabeza pequeña, y en lugar de cuerpo, una enorme bola que parecía asemejarse a una enorme barriga. En su cabeza había varias pintadas lineales, representando un bigote, cejas y más pelos. Las piernas y los brazos eran igual de cortos, la barriga es lo que prácticamente destacaba en todo el dibujo. Todo el cuerpo del hombre estaba recubierto y pintado de negro.
En sus cortas manos sujetaba lo que parecía ser una enorme hamburguesa. También había más detalles; el hombre tenía la lengua fuera y había más tinta negra, simulando a la saliva, goteando por toda la pintura. Unas pequeñas letras adornaban la barriga: "Esta es tu mayor cualidad". Cerca de la puerta había una ventana que sorteaba el gran grafiti y manchaba levemente sus cristales.
Para mayor intriga, a pesar de tener una valla, había una puertecita en mitad de esta, para facilitar la entrada a los miembros de la casa que tuviesen la llave. Sin embargo, esta puerta no estaba cerrada, sino levemente abierta, dejando ver por una rendija el interior, como si el dueño hubiese intentado cerrarla y no hubiese podido. Además, detrás de ella había una silla de madera sospechosamente cerca, que impediría que se pudiese abrir del todo, pero si lo suficiente como para que los tres pudieran pasar, uno a uno.
Ante sus ojos se alzaba la última casa. Suya era la decisión de qué hacer ahora.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60