2/08/2016, 19:27
Al parecer el muchacho tenía bastante claro donde quería ir a comer, un puesto de ramen que, según él, era el mejor de la villa, por lo que, sin lugar a dudas, Riko tenía que ir a probarlo cuanto antes, todo fuera por saber cuales eran los mejores sitios para comer de la villa, qué menos que eso...
— Vale genial, pues vamos para allá, te sigo. — Dijo el rastas, echando a andar tras los pasos del Hyuga, que caminaba decidido, demostrando conocerse el camino como la palma de su mano.
El camino hacia el lugar no fue muy largo, pues el bar no se encontraba alejado de la costa, pero aún así, Riko decidió no alejarse demasiado de Hazegawa, simplemente por si acaso, no quería encontrarse perdido por un lugar que no conocía demasiado bien.
Al poco tiempo, el ojiblanco se encaminó hacia una gran casa que tenía pinta de restaurante, y efectivamente, aquel era su lugar de destino, Haze apartó las cortinas que daban paso al local y rápidamente se sentó en una de las sillas. Riko hizo lo propio, sentándose al lado de su recién conocido compañero y cogió una carta del lugar, leyéndola rápidamente, a la par que oía como el Hyuga pedía ya lo que quería de comer, por lo que, rápidamente y bastante a bote pronto, pidió lo primero que leyó en ese momento.
— Para mi... ¡Un plato de ramen con cerdo, por favor! — Realmente no lo había pensado mucho, pero seguro que estaría bueno.
De repente, escuchó como Haze le dirigía la palabra, refiriéndose a lo que habían hablado con anterioridad.
— ¿Seguro lo dices por el juken no?, Aunque no lo domino realmente…me falta mucho. Por eso me he dedicado a aprender mas raiton que otra cosa, si puedo alcanzar la velocidad de un rayo, junto al juken sere un rival fuerte para cualquiera—
— Sí, sí, exactamente, el estilo Juken y el mío... Digamos que no casan del todo bien, después de todo, son bastante diferentes. Aunque claro, siempre podríamos entrenar juntos y que veas más o menos como me desenvuelvo yo, ¿qué te parece? — Ofreció el de rastas.
— Vale genial, pues vamos para allá, te sigo. — Dijo el rastas, echando a andar tras los pasos del Hyuga, que caminaba decidido, demostrando conocerse el camino como la palma de su mano.
El camino hacia el lugar no fue muy largo, pues el bar no se encontraba alejado de la costa, pero aún así, Riko decidió no alejarse demasiado de Hazegawa, simplemente por si acaso, no quería encontrarse perdido por un lugar que no conocía demasiado bien.
Al poco tiempo, el ojiblanco se encaminó hacia una gran casa que tenía pinta de restaurante, y efectivamente, aquel era su lugar de destino, Haze apartó las cortinas que daban paso al local y rápidamente se sentó en una de las sillas. Riko hizo lo propio, sentándose al lado de su recién conocido compañero y cogió una carta del lugar, leyéndola rápidamente, a la par que oía como el Hyuga pedía ya lo que quería de comer, por lo que, rápidamente y bastante a bote pronto, pidió lo primero que leyó en ese momento.
— Para mi... ¡Un plato de ramen con cerdo, por favor! — Realmente no lo había pensado mucho, pero seguro que estaría bueno.
De repente, escuchó como Haze le dirigía la palabra, refiriéndose a lo que habían hablado con anterioridad.
— ¿Seguro lo dices por el juken no?, Aunque no lo domino realmente…me falta mucho. Por eso me he dedicado a aprender mas raiton que otra cosa, si puedo alcanzar la velocidad de un rayo, junto al juken sere un rival fuerte para cualquiera—
— Sí, sí, exactamente, el estilo Juken y el mío... Digamos que no casan del todo bien, después de todo, son bastante diferentes. Aunque claro, siempre podríamos entrenar juntos y que veas más o menos como me desenvuelvo yo, ¿qué te parece? — Ofreció el de rastas.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»