3/08/2016, 18:51
La peliazul empezó a ir detrás de la gallinas que se encontraba en el aire una vez se pudo sostener en pie, hasta que el ave se posó entre sus brazos.
—No se vayan, un momento. Oh, uhm... Creo que se os ha escapado otra.
Le ofreció el animal a su legítimo dueño, quien tras mirarla con desconfianza se acercó y recogió su bicho de los brazos de la peliazul. Nabi no sabía de qué coño desconfiaba el tonto del culo ese, era una kunoichi la mar de joven y bella que le devolvía su gallina, nada sospechoso.
—Vaya, gracias. Respecto a mis modales de antes, ruego que se me disculpe. Tiene total razón, y más de una vez me han robado gallinas que se escapaban, por eso mis bajos ingresos... Y por eso mismo, no puedo hacer que mi valla sea más alta. Con esta gallina son cuatro, pero antes teníamos otras seis... Un total de diez.
"Algún día no tendré razón, pero hoy no es ese día."
Eri habló antes que él, así que decidió que lo mejor era dejarle la diplomacia a ella, que era la experta. En comparación, Nabi no era más que un cachorrito indefenso ante el dragón escupe fuego que era Eri en términos de dialéctica y socializar en general. Y estaréis pensando, normal, está como un queso, pero no era solo eso, la peliazul emanaba algún tipo de aura mágica que le confería el poder de entender a la gente y que la gente la entendiera. Nabi también tenía un aura, un aura de miedo irracional hacia los mapas. Malditos mapas y maldita geografía, era obvio que eran el mal, pero por algún motivo la gente no lo ve.
—¿Está seguro de que se las han robado? ¿No habrán desaparecido o algo?
"Detectiva Eri en acción, tiembla maldito abandona gallinas."
El rubio observaba la escena con media sonrisa en sus labios y los brazos cruzados.
—Estoy seguro, porque a veces... Recibo fotos, fotos de ellas, ¡y yo las reconozco! No por nada son mías, ¿saben? Si queréis os las enseño, por cierto, soy Takeshi, y esta es mi hija Mimiko.
"¿Reconoce a las gallinas? ¿Qué clase de Dojutsu es ese? De hecho, dudo mucho que con mi sharingan pudiera distinguirlas, joder, SON GALLINAS."
No pudo evitar llevarse una mano a la cara y frotarse los ojos. Tras suspirar abrió la boca.
— Aunque no contase con el dinero necesario, debería haber informado a la kage de esto. Está cometiéndose un crimen y no se puede permitir.
—No se vayan, un momento. Oh, uhm... Creo que se os ha escapado otra.
Le ofreció el animal a su legítimo dueño, quien tras mirarla con desconfianza se acercó y recogió su bicho de los brazos de la peliazul. Nabi no sabía de qué coño desconfiaba el tonto del culo ese, era una kunoichi la mar de joven y bella que le devolvía su gallina, nada sospechoso.
—Vaya, gracias. Respecto a mis modales de antes, ruego que se me disculpe. Tiene total razón, y más de una vez me han robado gallinas que se escapaban, por eso mis bajos ingresos... Y por eso mismo, no puedo hacer que mi valla sea más alta. Con esta gallina son cuatro, pero antes teníamos otras seis... Un total de diez.
"Algún día no tendré razón, pero hoy no es ese día."
Eri habló antes que él, así que decidió que lo mejor era dejarle la diplomacia a ella, que era la experta. En comparación, Nabi no era más que un cachorrito indefenso ante el dragón escupe fuego que era Eri en términos de dialéctica y socializar en general. Y estaréis pensando, normal, está como un queso, pero no era solo eso, la peliazul emanaba algún tipo de aura mágica que le confería el poder de entender a la gente y que la gente la entendiera. Nabi también tenía un aura, un aura de miedo irracional hacia los mapas. Malditos mapas y maldita geografía, era obvio que eran el mal, pero por algún motivo la gente no lo ve.
—¿Está seguro de que se las han robado? ¿No habrán desaparecido o algo?
"Detectiva Eri en acción, tiembla maldito abandona gallinas."
El rubio observaba la escena con media sonrisa en sus labios y los brazos cruzados.
—Estoy seguro, porque a veces... Recibo fotos, fotos de ellas, ¡y yo las reconozco! No por nada son mías, ¿saben? Si queréis os las enseño, por cierto, soy Takeshi, y esta es mi hija Mimiko.
"¿Reconoce a las gallinas? ¿Qué clase de Dojutsu es ese? De hecho, dudo mucho que con mi sharingan pudiera distinguirlas, joder, SON GALLINAS."
No pudo evitar llevarse una mano a la cara y frotarse los ojos. Tras suspirar abrió la boca.
— Aunque no contase con el dinero necesario, debería haber informado a la kage de esto. Está cometiéndose un crimen y no se puede permitir.
—Nabi—