Después de haberse quedado pasmado su vista se pasó por los cuadros que estaban colgados en la oficina. Lejos de ser un lugar ostentoso aquel despacho mostraba una gran sencillez y humildad, las paredes estaban adornadas de fotos de momentos cotidianos. El Takanashi se enterneció ante las escenas plasmadas en las fotos, admiraba mucho al Kage y le llenaba de orgullo ver como era de cercano con su gente.
Yubiwa los invitó a tomar asiento, pero teniendo cuidado con la grama que había colocado. Al parecer durante todo este tiempo se había estado dedicando a jugar y por ello había hecho que la vieja los mandara al demonio. Suspiró resignado y se limitó a presentarse.
—Yo... Mi nombre es Tatsuya, Takanashi Tatsuya— Dijo para luego sentarse como les había indicado.
Estaba nervioso, como cuando un fanático está frente a su cantante de rock favorito. Se le había enseñado a como tratar con gente importante, pero en esos momentos todas las clases de modales y etiqueta se le habían olvidado. Ni siquiera se percató de que estaba moviendo el pie de forma involuntaria.
Al final Anzu tomó la iniciativa y decidió explicar la situación al Kage, omitiendo los detalles incómodos, sin embargo la última frase de la kunoichi le desconcertó.
"¿Casa de apuestas? ¿Los samurai con el nueve colas?"
Eso no lo recordaba, o mejor dicho, él no lo había escuchado. No creía que su compañera estuviera inventándolo, no la consideraba capaz de eso. Ladeó la cabeza para mirar a Anzu con una cara de confusión, para luego dirigirse a Yubiwa.
—Es tal y como ha dicho mi compañera, además por como hablaban se los notaba muy tranquilos a pesar de que el bijuu estuviera atacando, como si lo hubieran previsto o algo así— No podía decir nada más sin que fuera redundante.
Estaba inseguro, Anzu tenía información que él desconocía, es más, ni siquiera sabía si eran encapuchados o no pues no los vió directamente a diferencia de ella.
"Deberíamos habernos puesto de acuerdo antes de venir a hablar, no le podemos contar dos versiones distintas"
Yubiwa los invitó a tomar asiento, pero teniendo cuidado con la grama que había colocado. Al parecer durante todo este tiempo se había estado dedicando a jugar y por ello había hecho que la vieja los mandara al demonio. Suspiró resignado y se limitó a presentarse.
—Yo... Mi nombre es Tatsuya, Takanashi Tatsuya— Dijo para luego sentarse como les había indicado.
Estaba nervioso, como cuando un fanático está frente a su cantante de rock favorito. Se le había enseñado a como tratar con gente importante, pero en esos momentos todas las clases de modales y etiqueta se le habían olvidado. Ni siquiera se percató de que estaba moviendo el pie de forma involuntaria.
Al final Anzu tomó la iniciativa y decidió explicar la situación al Kage, omitiendo los detalles incómodos, sin embargo la última frase de la kunoichi le desconcertó.
"¿Casa de apuestas? ¿Los samurai con el nueve colas?"
Eso no lo recordaba, o mejor dicho, él no lo había escuchado. No creía que su compañera estuviera inventándolo, no la consideraba capaz de eso. Ladeó la cabeza para mirar a Anzu con una cara de confusión, para luego dirigirse a Yubiwa.
—Es tal y como ha dicho mi compañera, además por como hablaban se los notaba muy tranquilos a pesar de que el bijuu estuviera atacando, como si lo hubieran previsto o algo así— No podía decir nada más sin que fuera redundante.
Estaba inseguro, Anzu tenía información que él desconocía, es más, ni siquiera sabía si eran encapuchados o no pues no los vió directamente a diferencia de ella.
"Deberíamos habernos puesto de acuerdo antes de venir a hablar, no le podemos contar dos versiones distintas"