9/08/2016, 23:34
Si le decían que encontraría gente en ese mismo lugar antes de llegar al balcón seguro que Karamaru no lo creería. Solo iban a ser algunos minutos viendo un lindo paisaje y pensando que haría después. Recién llegado a la ciudad tras su año de viaje tenía dos cosas claras, ir a la academia y hablar con Yui. Más de trescientos días pensando en los hechos que ocurrieron y cómo el viejo los había salvado fue lo que tuvo el calvo para pensar y re-pensar. Era indispensable aclarar sus dudas con la mandamás de la aldea.
Un largo suspiro se vio acompañado de las palabras de un joven que se asomaba al balcón al igual que lo había hecho Karamaru segundos atrás. Se sorprendió un poco al mirarlo y no conocerlo, pero era un shinobi. Su frente lo delataba.
Espero no te moleste compartir la vista del balcón.
Sabes cuál sera la respuesta. Es un lugar público, puedes acompañarme si así deseas.
Volvió su vista al frente y espero en silencio a que se acercara al barandal. Tal vez la compañía de un igual no le haría mal, tal vez podrían reflexionar juntos, pero no le daban tiempo para comenzar conversación que ya escuchaba otra voz mencionando su nombre
¿Karamaru, verdad?
¡Sumen uno más a la fiesta!
Un morocho con la cara pintada se le acercaba por detrás al igual que como lo había hecho el anterior. Pero a este lo conocía, o mejor dicho, lo recordaba. El problema es que su recuerdo no se ubicaba justamente en el mejor de los contextos.
Sabes mi nombre, eso adelanta presentaciones.- Karamaru hizo una reverencia y volvió a levantar la vista- Recuerdo tu rostro.... ¿Hanaiko? ¿Puede ser?
—La verdad que no es algo que quiera recordar demasiado pero un placer poder haberte ayudado ¿Cómo lo llevan?.
El calvo miró al del paraguas, olvidando preguntar por su nombre, pero por lo menos no lo dejaba afuera de la charla. El pelado dio media vuelta y se volvió a apoyar sobre el barandal, esperando que el morocho lo siguiera.
Un largo suspiro se vio acompañado de las palabras de un joven que se asomaba al balcón al igual que lo había hecho Karamaru segundos atrás. Se sorprendió un poco al mirarlo y no conocerlo, pero era un shinobi. Su frente lo delataba.
Espero no te moleste compartir la vista del balcón.
Sabes cuál sera la respuesta. Es un lugar público, puedes acompañarme si así deseas.
Volvió su vista al frente y espero en silencio a que se acercara al barandal. Tal vez la compañía de un igual no le haría mal, tal vez podrían reflexionar juntos, pero no le daban tiempo para comenzar conversación que ya escuchaba otra voz mencionando su nombre
¿Karamaru, verdad?
¡Sumen uno más a la fiesta!
Un morocho con la cara pintada se le acercaba por detrás al igual que como lo había hecho el anterior. Pero a este lo conocía, o mejor dicho, lo recordaba. El problema es que su recuerdo no se ubicaba justamente en el mejor de los contextos.
Sabes mi nombre, eso adelanta presentaciones.- Karamaru hizo una reverencia y volvió a levantar la vista- Recuerdo tu rostro.... ¿Hanaiko? ¿Puede ser?
—La verdad que no es algo que quiera recordar demasiado pero un placer poder haberte ayudado ¿Cómo lo llevan?.
El calvo miró al del paraguas, olvidando preguntar por su nombre, pero por lo menos no lo dejaba afuera de la charla. El pelado dio media vuelta y se volvió a apoyar sobre el barandal, esperando que el morocho lo siguiera.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘