17/08/2016, 22:55
(Última modificación: 17/08/2016, 22:55 por Sasaki Reiji.)
"Y eso tampoco es mi problema... y sin embargo me lo tengo que tragar, estaría bien que aparecieran unos piratas y lo secuestraran, o que se yo, que un amable pescador lo pillara con el anzuelo sin querer y lo arrastrara por la playa... también podría partirlo un rayo..."
La verdad es que después de que le dijera que no le entendía había dejado de prestarle si quiera atención, estaba distraído en las distintas formas en las que el chico podría desaparecer de su vista. Si, buscaba ayuda, pero a Reiji no le importaba lo mas mínimo en aquel momento. No es que odiara al mundo, ni a las personas, ni tampoco era mala gente, simplemente rechazaba al mundo antes de que el mundo lo rechazara a él. Como una especie de mecanismo de defensa que había creado. Aunque no siempre le funcionaba...
Ni tampoco se volvían realidad sus pensamientos, así que tubo que idear algo para que el otro chico se marchase y lo dejase en paz. Siempre estaba la opción de marcharse uno mismo, pero Reiji estaba seguro de que el otro tío le seguiría, y esa idea le gustaba menos que estar allí plantado frente al muchacho. Por suerte se acordó de que, aun sin papel ni tinta, había una forma para comunicarse con el sin usar su telepatía.
Busco con la mirada a un y otro lado, para ver si lograba visualizar una roca o algún objeto en el que pudiera tallar texto. Por suerte para el joven de Amegakura, algún cerdo había abandonado en la playa a su suerte una botella de sake vacía. Así que usando el poco conocimiento que tenia sobre las artes del Fuinjutsu, escribió todo lo que tenia que decirle sobre la superficie blanca de la botella.
"No me importa, no son mis problemas"
Le dio la botella, y volvió a meter sus manos en los bolsillos y a observar las agitadas olas del mar bajo el cielo tormentoso.
La verdad es que después de que le dijera que no le entendía había dejado de prestarle si quiera atención, estaba distraído en las distintas formas en las que el chico podría desaparecer de su vista. Si, buscaba ayuda, pero a Reiji no le importaba lo mas mínimo en aquel momento. No es que odiara al mundo, ni a las personas, ni tampoco era mala gente, simplemente rechazaba al mundo antes de que el mundo lo rechazara a él. Como una especie de mecanismo de defensa que había creado. Aunque no siempre le funcionaba...
Ni tampoco se volvían realidad sus pensamientos, así que tubo que idear algo para que el otro chico se marchase y lo dejase en paz. Siempre estaba la opción de marcharse uno mismo, pero Reiji estaba seguro de que el otro tío le seguiría, y esa idea le gustaba menos que estar allí plantado frente al muchacho. Por suerte se acordó de que, aun sin papel ni tinta, había una forma para comunicarse con el sin usar su telepatía.
Busco con la mirada a un y otro lado, para ver si lograba visualizar una roca o algún objeto en el que pudiera tallar texto. Por suerte para el joven de Amegakura, algún cerdo había abandonado en la playa a su suerte una botella de sake vacía. Así que usando el poco conocimiento que tenia sobre las artes del Fuinjutsu, escribió todo lo que tenia que decirle sobre la superficie blanca de la botella.
"No me importa, no son mis problemas"
Le dio la botella, y volvió a meter sus manos en los bolsillos y a observar las agitadas olas del mar bajo el cielo tormentoso.