22/08/2016, 22:07
Finalmente resignado por la desaparición de su apunte guía, elevó su mirada un tanto molesto en dirección al grupo de gente que se encontraba por ahí cerca.
Supongo que le pediré ayuda a esos de ahí, seguro que sabrán decirme como llegar.
Solo llegó a dar un paso antes de frenarse a ver la escena del Aburame siendo zarandeado de un lado a otro por lo que ahora parecía no ser otra cosa que un grupete de matones.
Quizás... no debería meterme...
Pensó en primer instancia girando levemente uno de sus pies para marcar una dirección de camino diferente y alejarse de la escena, pero casi al instante recordó aquellas palabras que la Arashikage le había dedicado a él y a su amiga de ojos rojos.
"Sois ninjas, no os quedáis sentados. Movéis el culo y arregláis las cosas."
Dejó escapar un ligero suspiro mientras se disponía a realizar una corta secuencia de sellos de mano. No eran las palabras mas amables que uno podría esperar de su Kage, pero eran las que le habían dado y las guardó consigo como un recordatorio.
Posiblemente Satoru estaría muy ocupado siendo movido de un lado para el otro pero en un momento dado un fuerte vendaval se llevaría puesto a uno de los matones que lo empujaban, el muchacho en cuestión sería arrojado unos metros hacía por encima de un banco haciendo que se caiga de espaldas. No habría cortes ni nada por el estilo, sería un golpe como si alguien lo hubiese chocado.
¡Vaya! Que fuertes que son los vientos en Yukio.
Mogura se acercaría caminando en dirección al shinobi de Takigakure. Con una de sus manos tomaría la correa de su morral y con la otra se echaría el cabello hacía atrás marcando el recorrido de este y dejando ver bien la bandana de la aldea en su frente. No habría que ser muy inteligente para interpretar que la llegada de un ninja de Amegakure tenía algo que ver con aquel viento fuerte que había pasado.
Supongo que le pediré ayuda a esos de ahí, seguro que sabrán decirme como llegar.
Solo llegó a dar un paso antes de frenarse a ver la escena del Aburame siendo zarandeado de un lado a otro por lo que ahora parecía no ser otra cosa que un grupete de matones.
Quizás... no debería meterme...
Pensó en primer instancia girando levemente uno de sus pies para marcar una dirección de camino diferente y alejarse de la escena, pero casi al instante recordó aquellas palabras que la Arashikage le había dedicado a él y a su amiga de ojos rojos.
"Sois ninjas, no os quedáis sentados. Movéis el culo y arregláis las cosas."
Dejó escapar un ligero suspiro mientras se disponía a realizar una corta secuencia de sellos de mano. No eran las palabras mas amables que uno podría esperar de su Kage, pero eran las que le habían dado y las guardó consigo como un recordatorio.
Posiblemente Satoru estaría muy ocupado siendo movido de un lado para el otro pero en un momento dado un fuerte vendaval se llevaría puesto a uno de los matones que lo empujaban, el muchacho en cuestión sería arrojado unos metros hacía por encima de un banco haciendo que se caiga de espaldas. No habría cortes ni nada por el estilo, sería un golpe como si alguien lo hubiese chocado.
¡Vaya! Que fuertes que son los vientos en Yukio.
Mogura se acercaría caminando en dirección al shinobi de Takigakure. Con una de sus manos tomaría la correa de su morral y con la otra se echaría el cabello hacía atrás marcando el recorrido de este y dejando ver bien la bandana de la aldea en su frente. No habría que ser muy inteligente para interpretar que la llegada de un ninja de Amegakure tenía algo que ver con aquel viento fuerte que había pasado.