26/08/2016, 23:45
¿Acaso aquello podía ser real? ¿De verdad había logrado que aquel extraño extranjero se marchase sin mas? Algo dentro de el no podía creerslo. Pero el caso era que aquel muchacho se acababa de dar la vuelta y volver por donde había venido. Menudo logro había logrado. Ojala los matones de su academia hubiese sido así de simples de convencer. Ojala se hubieran pirado con tan solo escribirles que lo dejaran en paz. Pero jamas fue así.
"Bueno... parece que el río ha vuelto a su cauce... La pregunta es ¿Durara esta calma o volverán a aparecer los problemas?
Allí, lejos de casa, acababa de de rechazar de forma despectiva a alguien que pedía ayuda. El joven Yamanaka debería sentirse culpable o algo similar, sin embargo lo único que sentía en su interior, en aquel momento, en aquel lugar, mientras el otro chico se alejaba cada vez mas, era paz. Armonía, tranquilidad. Probablemente el joven no era consciente de que lo que acababa de hacer no estaba bien, pero su experiencia con las personas ajenas a su familia casi nunca resultaba positiva, así que se había acostumbrado a tratar a los demás de esa forma.
Y después de mucho tiempo por fin había empezado a dar sus frutos. Pese a que, antes de irse el otro chico había tratado de replicarle algo de su comportamiento a Reiji, el joven de amegakure había dejado de prestarle atención. De hecho había vuelto a su posición inicial, y solo le prestaba atención a la suave brisa, la dulce caricia de las gotas de lluvia sobre su rostro, el sonido que producían las olas al romper y el lastimero graznido de las gaviotas que por algún extraño motivo le recordaba mas a un llanto que al sonido que producía un ave.
Este es uno de los momentos de esos que dice la gente que deseas que se pare el tiempo para siempre.
Lo malo es que anochecería, por que el tiempo seguiría su curso natural, imparable. Y en ese momento tendría que volver al pueblo a buscar alguna habitación donde dormir. Por que el joven Yamanaka quería ver mas mundo, quería explorar otras regiones. Y ahora que habían construido el tren, era mucho mas sencillo y rápido. Pero había que descansar para estar al máximo. Pero sobretodo había que estar relajado, como lo estaba él en aquellos momentos.
"Bueno... parece que el río ha vuelto a su cauce... La pregunta es ¿Durara esta calma o volverán a aparecer los problemas?
Allí, lejos de casa, acababa de de rechazar de forma despectiva a alguien que pedía ayuda. El joven Yamanaka debería sentirse culpable o algo similar, sin embargo lo único que sentía en su interior, en aquel momento, en aquel lugar, mientras el otro chico se alejaba cada vez mas, era paz. Armonía, tranquilidad. Probablemente el joven no era consciente de que lo que acababa de hacer no estaba bien, pero su experiencia con las personas ajenas a su familia casi nunca resultaba positiva, así que se había acostumbrado a tratar a los demás de esa forma.
Y después de mucho tiempo por fin había empezado a dar sus frutos. Pese a que, antes de irse el otro chico había tratado de replicarle algo de su comportamiento a Reiji, el joven de amegakure había dejado de prestarle atención. De hecho había vuelto a su posición inicial, y solo le prestaba atención a la suave brisa, la dulce caricia de las gotas de lluvia sobre su rostro, el sonido que producían las olas al romper y el lastimero graznido de las gaviotas que por algún extraño motivo le recordaba mas a un llanto que al sonido que producía un ave.
Este es uno de los momentos de esos que dice la gente que deseas que se pare el tiempo para siempre.
Lo malo es que anochecería, por que el tiempo seguiría su curso natural, imparable. Y en ese momento tendría que volver al pueblo a buscar alguna habitación donde dormir. Por que el joven Yamanaka quería ver mas mundo, quería explorar otras regiones. Y ahora que habían construido el tren, era mucho mas sencillo y rápido. Pero había que descansar para estar al máximo. Pero sobretodo había que estar relajado, como lo estaba él en aquellos momentos.