1/09/2016, 12:24
Hmmm...hmmm
Siempre me tomé muy enserio el arte del sumijutsu y como buen sumijutsero que era, ya tenía en mente la elaboración de nuevas y originales técnicas que si las pulía con esfuerzo, paciencia y tiempo, mucho tiempo. Sería capaz de llevarlas a cabo.
Si había algo que me obsesionaba era tener mi propio ejercito de criaturas de tinta, al igual que las figuras de un tablero de shōgi. Y cierto era que ya poseía cierto nivel para invocar criaturas de cierta envergadura, pero para mi gusto no era suficiente y era consciente de lo que mi padre e incluso mi abuelo eran capaces de hacer.
¡Claro! ¡Kuroshiro!
¿Que mejor que un majestuoso y adorable oso panda para elaborar una de mis posibles y futuras técnicas? Pues ni corto ni perezoso, sin pensarlo dos veces, para allí que me dirigí. Mi destino no estaba demasiado lejos, y el camino era tranquilo y entretenido. Como no podía ser de otra manera, siempre que decidía emprender un nuevo viaje, el clima siempre estaba de mi lado.
El cielo estaba raso, y el clima era maravilloso, a pesar de que ya nos encontrábamos en otoño. Partí temprano hacía Kuroshiro, y la brisa que mecía mis cabellos era la mar de agradable. "El país de los Osos panda" era un lugar muy turístico, por lo que seguir el camino y leer las indicaciones no tenía perdida alguna.
Y dicho y hecho, en cuestión de horas a lomos de mi león de tinta, llegué a mi destino fácilmente identificable. Pues el bosque se tornó un océano de bambú y ya podía apreciarse zarpazos de oso en ellos. Si seguía la ruta acabaría llegando a la población, pero quería antes que nada, toparme con osos panda salvajes, por lo que me desvié un poco del camino pero siendo consciente de donde me encontraba tomando referencias en el paisaje.
Mira tú por donde, !Ya encontré osos¡ Conocía de la fama de éste lugar, pero jamás pensé que sería tan sencillo encontrar osos, era sencillamente impresionante. A no muchos metros de mí, había una familia de pandas dándose un festín de bambú. No deseaba molestarlos en absoluto, por lo que no quise acercarme más, desde mi posición tenía la visibilidad suficiente para comenzar a recabar información sobre ellos para elaborar futuras técnicas.
Bueno, es hora de ponerse a trabajar...
Estaba emocionado, era realmente interesante y divertido ver aquellas criaturas. Se veían muy adorables, pero seguían siendo osos y no sería muy sensato molestar a una criatura que te supera en tamaño. Saqué mi makimono y mis instrumentos de pintura.
Ninpou Chōjū Giga: Nezumi to Sakana Del pergamino salió un ratón de tinta que se posó en mi hombro, me serviría para recabar toda la información que yo no fuera capaz de plasmar sobre el papel. Justo después de eso, comencé a dibujar a la familia de osos panda de la manera más realista posible. Inmortalizando aquel banquete de bambú que se estaban dando.
Y claro está, en completo silencio.
Siempre me tomé muy enserio el arte del sumijutsu y como buen sumijutsero que era, ya tenía en mente la elaboración de nuevas y originales técnicas que si las pulía con esfuerzo, paciencia y tiempo, mucho tiempo. Sería capaz de llevarlas a cabo.
Si había algo que me obsesionaba era tener mi propio ejercito de criaturas de tinta, al igual que las figuras de un tablero de shōgi. Y cierto era que ya poseía cierto nivel para invocar criaturas de cierta envergadura, pero para mi gusto no era suficiente y era consciente de lo que mi padre e incluso mi abuelo eran capaces de hacer.
¡Claro! ¡Kuroshiro!
¿Que mejor que un majestuoso y adorable oso panda para elaborar una de mis posibles y futuras técnicas? Pues ni corto ni perezoso, sin pensarlo dos veces, para allí que me dirigí. Mi destino no estaba demasiado lejos, y el camino era tranquilo y entretenido. Como no podía ser de otra manera, siempre que decidía emprender un nuevo viaje, el clima siempre estaba de mi lado.
El cielo estaba raso, y el clima era maravilloso, a pesar de que ya nos encontrábamos en otoño. Partí temprano hacía Kuroshiro, y la brisa que mecía mis cabellos era la mar de agradable. "El país de los Osos panda" era un lugar muy turístico, por lo que seguir el camino y leer las indicaciones no tenía perdida alguna.
Y dicho y hecho, en cuestión de horas a lomos de mi león de tinta, llegué a mi destino fácilmente identificable. Pues el bosque se tornó un océano de bambú y ya podía apreciarse zarpazos de oso en ellos. Si seguía la ruta acabaría llegando a la población, pero quería antes que nada, toparme con osos panda salvajes, por lo que me desvié un poco del camino pero siendo consciente de donde me encontraba tomando referencias en el paisaje.
Mira tú por donde, !Ya encontré osos¡ Conocía de la fama de éste lugar, pero jamás pensé que sería tan sencillo encontrar osos, era sencillamente impresionante. A no muchos metros de mí, había una familia de pandas dándose un festín de bambú. No deseaba molestarlos en absoluto, por lo que no quise acercarme más, desde mi posición tenía la visibilidad suficiente para comenzar a recabar información sobre ellos para elaborar futuras técnicas.
Bueno, es hora de ponerse a trabajar...
Estaba emocionado, era realmente interesante y divertido ver aquellas criaturas. Se veían muy adorables, pero seguían siendo osos y no sería muy sensato molestar a una criatura que te supera en tamaño. Saqué mi makimono y mis instrumentos de pintura.
Ninpou Chōjū Giga: Nezumi to Sakana Del pergamino salió un ratón de tinta que se posó en mi hombro, me serviría para recabar toda la información que yo no fuera capaz de plasmar sobre el papel. Justo después de eso, comencé a dibujar a la familia de osos panda de la manera más realista posible. Inmortalizando aquel banquete de bambú que se estaban dando.
Y claro está, en completo silencio.