3/09/2016, 00:37
Para fortuna le sonreía a Satoru, aquel shinobi era escéptico de las palabras de la pequeña diablilla y no era como otros que le creían cualquier cosa por verla como una niña indefensa y dulce. Kaede parecía verse acorralado con sus mentiras para molestar a su hermano adoptivo.
—Fin del juego, no te queda otra que volver al pueblo conmigo.—
—¡No!, hasta que veamos a un panda de cerca, ya que los que estaban acá se fueron por tu culpa— Y empezó a correr hacia donde se encontraban los oso que se asustaron y huyeron por una pequeña loma.
—Odio mi vida…— Murmuro al principio. —Son animales salvajes no debes acercarte a ellos, es peligroso— Pero aun así Satoru solo le advirtió y no fue tras ella. —Realmente perdona los problemas causados— Esto último iba para el shinobi.
Satoru sentía que debía ir a vigilarla, pero simplemente se quedó parado mirando el bosque de bambú y como este se mecía con la brisa. Su pequeña hermana empezó a bajar por la pequeña colina y unos cuantos segundos después se oyó su grito, pero aun así el Aburame no se movió ya que pensaba que era otra tetra de Kaede.
Pero al paso de unos segundos empezó a sentirse incomodo, tenía el presentimiento de que algo no podía andar bien. Así que decido empezar a caminar hacia la loma, mientras pensaba cómo convencerla para que vuelva al pueblo.
—Fin del juego, no te queda otra que volver al pueblo conmigo.—
—¡No!, hasta que veamos a un panda de cerca, ya que los que estaban acá se fueron por tu culpa— Y empezó a correr hacia donde se encontraban los oso que se asustaron y huyeron por una pequeña loma.
—Odio mi vida…— Murmuro al principio. —Son animales salvajes no debes acercarte a ellos, es peligroso— Pero aun así Satoru solo le advirtió y no fue tras ella. —Realmente perdona los problemas causados— Esto último iba para el shinobi.
Satoru sentía que debía ir a vigilarla, pero simplemente se quedó parado mirando el bosque de bambú y como este se mecía con la brisa. Su pequeña hermana empezó a bajar por la pequeña colina y unos cuantos segundos después se oyó su grito, pero aun así el Aburame no se movió ya que pensaba que era otra tetra de Kaede.
Pero al paso de unos segundos empezó a sentirse incomodo, tenía el presentimiento de que algo no podía andar bien. Así que decido empezar a caminar hacia la loma, mientras pensaba cómo convencerla para que vuelva al pueblo.