3/09/2016, 12:14
Me sentí muy satisfecho al ver la cara de alivio de mi camarada shinobi al ponerme de su parte, más aún la frustración de su borde hermana al darse cuenta de que sus tergiversaciones de la realidad no le servirían de nada de nada.
—Fin del juego, no te queda otra que volver al pueblo conmigo.—
-Eso es niña, no hagas de esta agonía una eternidad. Intenté dar un poco de dramatismo al argumento del chico para que su hermana desistiera y claudicara, ya que veía como comenzaba a flaquear su paciencia, y no era para menos...
—¡No!, hasta que veamos a un panda de cerca, ya que los que estaban acá se fueron por tu culpa—
¡Madre mía que se va de nuevo! Atónito me quedé al ver que la niña tenía ganas de poner su vida en peligro simplemente por llevar la contraría a su hermano. ¡Joder como está el mundo!
El chico estaba abatido sus palabras lo dejaban bien claro, intentó advertir a su hermana pero ambos sabíamos que no iba a hacer ningún caso. Y bueno se disculpó por fastidiar mi trabajo, pero eso ahora era lo de menos. Algo me decía que indirectamente lo podría terminar.
- No te preocupes camarada, pero ahora te pido que me dejes ayudarte a traer de vuelta a tu hermana. Los pandas son bastante pacíficos, pero están en época de celo, y si se les agobia demasiado...si que pueden resultar un verdadero problema. Advertí preocupado
¡Y como no! Lo que todos sabíamos que pasaría pasó. La chica corrió y descendió por un pequeño desnivel hasta que desapareció de nuestra vista, y justo después... ¡Tachán! gritó. Gritó y parecía en apuros, solo esperaba que no fuera otra mentira de la muchacha. Sino sería para darle un premio por su arte interpretativo...
El muchacho, el pobre hermano como buen hermano que era se dirigió hasta allí para socorrer a su hermana. Ainsss lo que hay que hacer a veces por la familia. Eso si que es un verdadero hermano. Las cosas como son, iba a ayudar a mi nuevo amigo shinobi.
-¡Te acompaño por si acaso amigo!. Como aún tenía mi makimono a mano, tracé unos garabatos en el camino por su necesitaba un poco de tinta para solucionar el más que posible e inminente problema.
—Fin del juego, no te queda otra que volver al pueblo conmigo.—
-Eso es niña, no hagas de esta agonía una eternidad. Intenté dar un poco de dramatismo al argumento del chico para que su hermana desistiera y claudicara, ya que veía como comenzaba a flaquear su paciencia, y no era para menos...
—¡No!, hasta que veamos a un panda de cerca, ya que los que estaban acá se fueron por tu culpa—
¡Madre mía que se va de nuevo! Atónito me quedé al ver que la niña tenía ganas de poner su vida en peligro simplemente por llevar la contraría a su hermano. ¡Joder como está el mundo!
El chico estaba abatido sus palabras lo dejaban bien claro, intentó advertir a su hermana pero ambos sabíamos que no iba a hacer ningún caso. Y bueno se disculpó por fastidiar mi trabajo, pero eso ahora era lo de menos. Algo me decía que indirectamente lo podría terminar.
- No te preocupes camarada, pero ahora te pido que me dejes ayudarte a traer de vuelta a tu hermana. Los pandas son bastante pacíficos, pero están en época de celo, y si se les agobia demasiado...si que pueden resultar un verdadero problema. Advertí preocupado
¡Y como no! Lo que todos sabíamos que pasaría pasó. La chica corrió y descendió por un pequeño desnivel hasta que desapareció de nuestra vista, y justo después... ¡Tachán! gritó. Gritó y parecía en apuros, solo esperaba que no fuera otra mentira de la muchacha. Sino sería para darle un premio por su arte interpretativo...
El muchacho, el pobre hermano como buen hermano que era se dirigió hasta allí para socorrer a su hermana. Ainsss lo que hay que hacer a veces por la familia. Eso si que es un verdadero hermano. Las cosas como son, iba a ayudar a mi nuevo amigo shinobi.
-¡Te acompaño por si acaso amigo!. Como aún tenía mi makimono a mano, tracé unos garabatos en el camino por su necesitaba un poco de tinta para solucionar el más que posible e inminente problema.