5/09/2016, 01:03
El cielo despejado se reflejaba en los impolutos cristales que ya se encontraban más que relucientes tras la limpiada que recibieron por parte de los compañeros de equipo de Nabi. Mientras, el rubio se había dedicado a repasar de forma tan pulcra como le fue posible cargando a sus espaldas la disidia que se presentaba en su equipo ahora que ya se conocian más profundamente. Sabiendo cómo se comportaba cada uno a la hora de la verdad.
— Parece que hay alguien observándonos...
Murmuró por lo bajo el moreno sin dejar de limpiar, miraba a su ventana con expectación, como si esperara que ese alguien se volviera a asomar a través de la cortina.
—¿Quién? Y ¿Dónde? —
Su compañero peliblanco se volteó de forma bastante indiscreta para observar los alrededores con la esperanza de encontrar a aquella figura misteriosa que Juro había visto. Nabi, por su parte, prosiguió con la limpieza sin virar su cabeza a ninguna parte más que el instante en qué posó su mirada sobre el moreno.
— El propietario me comentó que tenía visita, a lo mejor alguien siente curiosidad por los ninjas.
Comentó con tono tajante, a pesar de que no era voluntario para él, pues sus ganas de terminar aquella estúpida tarea domestica venida a más le obligaba a punta de kunai a poner un tono aún más seco y severo que el suyo normal.
— Parece que hay alguien observándonos...
Murmuró por lo bajo el moreno sin dejar de limpiar, miraba a su ventana con expectación, como si esperara que ese alguien se volviera a asomar a través de la cortina.
—¿Quién? Y ¿Dónde? —
Su compañero peliblanco se volteó de forma bastante indiscreta para observar los alrededores con la esperanza de encontrar a aquella figura misteriosa que Juro había visto. Nabi, por su parte, prosiguió con la limpieza sin virar su cabeza a ninguna parte más que el instante en qué posó su mirada sobre el moreno.
— El propietario me comentó que tenía visita, a lo mejor alguien siente curiosidad por los ninjas.
Comentó con tono tajante, a pesar de que no era voluntario para él, pues sus ganas de terminar aquella estúpida tarea domestica venida a más le obligaba a punta de kunai a poner un tono aún más seco y severo que el suyo normal.
—Nabi—