11/09/2016, 16:06
"Y aquí es dónde se acaba la kawaiosidad"
El tono prepotente de la niña sumado a su insolencia le conveció de no consentirla más. Desde los acontecimientos en su viaje al País del Agua se había vuelto más orgulloso y aunque se mantuviera humilde respecto a los que no eran de su alcurnia no toleraría que le faltaran el respeto. Si no se dejaba mandonear por sus propios superiores menos de una niña malcriada.
—Alto ahí, hay dos cosas que quiero dejar claras antes— Dijo con tono severo —En primer lugar, dije que te iba ayudar. Pero por la forma en la que me has tratado bien podría retractarme de eso e irme. Aún así lo haré, porque parece que no estas consciente de lo que tu misma has dicho— Aseveró.
Estaba acostumbrado a toneladas de insultos cortesia de su hermano, pero a diferencia de Katsuo la niña no parecía estarlo haciendo a propósito, cosa que resultaba bastante extraña y por ende el Takanashi podría tenerle paciencia hasta cierto punto. Sin embargo ahora estaba intrigado y deseaba saber si podría hacer algo para corregirle su actitud a la pelimorada. Dudaba poder hacerlo, pero al menos lo intentaría.
—Y en segundo lugar, es por el otro lado— Le indicó señalando con el dedo pulgar en la dirección opuesta —Ven— Le dijo mientras esperaba a que ella se diera la vuelta para caminar.
El tono prepotente de la niña sumado a su insolencia le conveció de no consentirla más. Desde los acontecimientos en su viaje al País del Agua se había vuelto más orgulloso y aunque se mantuviera humilde respecto a los que no eran de su alcurnia no toleraría que le faltaran el respeto. Si no se dejaba mandonear por sus propios superiores menos de una niña malcriada.
—Alto ahí, hay dos cosas que quiero dejar claras antes— Dijo con tono severo —En primer lugar, dije que te iba ayudar. Pero por la forma en la que me has tratado bien podría retractarme de eso e irme. Aún así lo haré, porque parece que no estas consciente de lo que tu misma has dicho— Aseveró.
Estaba acostumbrado a toneladas de insultos cortesia de su hermano, pero a diferencia de Katsuo la niña no parecía estarlo haciendo a propósito, cosa que resultaba bastante extraña y por ende el Takanashi podría tenerle paciencia hasta cierto punto. Sin embargo ahora estaba intrigado y deseaba saber si podría hacer algo para corregirle su actitud a la pelimorada. Dudaba poder hacerlo, pero al menos lo intentaría.
—Y en segundo lugar, es por el otro lado— Le indicó señalando con el dedo pulgar en la dirección opuesta —Ven— Le dijo mientras esperaba a que ella se diera la vuelta para caminar.