12/09/2016, 16:50
—Ves que tan peligroso puede ser el bosque… y tu pensando ir sola en búsqueda de animales salvajes.—
Satoru recriminó con toda la razón del mundo a su hermana por la cadena de insensateces que había cometido y esperaba que cesaran aquí mismo. En eso no me quise entrometer, mientras me dediqué a guardar mis instrumentos de pintura en su debido sitio.
—Lo siento, yo solo quería ver pandas salvajes…—
A esta niña lo que le falta es que la amarren para que no se mueva, y en algunos casos, también le pondría un bozal...
—Menos mal que nos topamos con él y que nos salvó… además de que es más fuerte que tú, hermano— Y ahí estaba la prueba irrefutable de que también necesitaba un bozal, madre mía como se las gastaba la hermana con el hermano, en esa relación familiar había de todo menos amor...
-¡Pero niña! Recriminé a la hermana de Satoru. -¡Si no fuera por tu hermano, ahora mismo estarías muerta! ¡Por lo que deberías estarle agradecida...!
Pobre Satoru...tiene el cielo ganado...
—Se a lo que quieres llegar, deja de intentar provocarme, además solo viste un par de habilidades… si piensas que con esas habilidades se deciden quién es más fuerte, estas equivocada—
Me quise poner de parte de Satoru, pues el comportamiento de su hermana no tenía justificación alguna. Era bochornoso tanto que no podía evitar dar mi punto de vista. -Es muy fácil hablar cuando si quiera eres capaz de defenderte tú misma.
La cosa es que se le salva a la niña, y en vez de un gracias...nada, ¿Se tira al cuello de su hermano? ver para creer...
A pesar de sus gafas, se veía que Satoru estaba rígido como un piedra. Se veía a leguas que estaba alcanzando limites con su paciencia. Apoye mi mano en su hombro y le dije para tranquilizarlo con voz apacible.
-Tranquilo amigo, no sabe lo que dice. No vale la pena enfadarse por algo así. Míralo por este lado, le salvaste la vida, y eso es lo que importa.
Satoru recriminó con toda la razón del mundo a su hermana por la cadena de insensateces que había cometido y esperaba que cesaran aquí mismo. En eso no me quise entrometer, mientras me dediqué a guardar mis instrumentos de pintura en su debido sitio.
—Lo siento, yo solo quería ver pandas salvajes…—
A esta niña lo que le falta es que la amarren para que no se mueva, y en algunos casos, también le pondría un bozal...
—Menos mal que nos topamos con él y que nos salvó… además de que es más fuerte que tú, hermano— Y ahí estaba la prueba irrefutable de que también necesitaba un bozal, madre mía como se las gastaba la hermana con el hermano, en esa relación familiar había de todo menos amor...
-¡Pero niña! Recriminé a la hermana de Satoru. -¡Si no fuera por tu hermano, ahora mismo estarías muerta! ¡Por lo que deberías estarle agradecida...!
Pobre Satoru...tiene el cielo ganado...
—Se a lo que quieres llegar, deja de intentar provocarme, además solo viste un par de habilidades… si piensas que con esas habilidades se deciden quién es más fuerte, estas equivocada—
Me quise poner de parte de Satoru, pues el comportamiento de su hermana no tenía justificación alguna. Era bochornoso tanto que no podía evitar dar mi punto de vista. -Es muy fácil hablar cuando si quiera eres capaz de defenderte tú misma.
La cosa es que se le salva a la niña, y en vez de un gracias...nada, ¿Se tira al cuello de su hermano? ver para creer...
A pesar de sus gafas, se veía que Satoru estaba rígido como un piedra. Se veía a leguas que estaba alcanzando limites con su paciencia. Apoye mi mano en su hombro y le dije para tranquilizarlo con voz apacible.
-Tranquilo amigo, no sabe lo que dice. No vale la pena enfadarse por algo así. Míralo por este lado, le salvaste la vida, y eso es lo que importa.