15/09/2016, 20:49
La fórmula del desastre estaba lista para estallar: Una ciudad, una gran concentración de gente y dos genins extranjeros. El detonante fue el sorpresivo ataque que le fue propinado al probre cuatrojos que terminó en el suelo y con algo de sangre en el rostro tras recibir la patada de la kunoichi en miniatura. El resto de los presentes voltearon de inmediato y se asustaron al notar la placa metálica bajo el pelo de la pequeña.
—¡Nos atacan ninjas! ¡NOS ATACAN NINJAS!— Clamó a toda voz una mujer mientras señalaba con su dedo a la cara de la pelimorada —¡AHHHH!— Chilló de forma aguda la mujer, espantada por los ahora ojos carmesí de la niña.
Pronto el caos se encendió como la pólvora y tanto manifestantes como transeúntes se amotinaron tratando de escapar del supuesto ataque ninja hacia los protestantes. La gente empezó a correr en todas direcciones mientras se empujaban los unos a los otros, buscando salidas hacia las avenidas y callejones que daban a la calzada.
"¿¡Porqué a mí!?"
El Takanashi se las apañaba para pasar en medio de la gente, tratando de llegar a donde estaba la pelimorada. Aquello no era su problema, la que inició la trifulca fue la pequeña y no él. Sin embargo no podía desentenderse del asunto, su código le obligaba a hacer algo al respecto aunque seguramente el más perjudicado luego de eso sería él.
"Además si la dejo sola seguramente la situación empeore"
Dió un salto alto para evadir a parte de la turba y caer cerca de la pequeña.
—¿¡Te das cuenta de lo que has hecho!?— Le recriminaría sin pensarlo —Tenemos que irnos AHORA si no queremos que las autoridades nos atrapen— Advirtió mientras intentaba tomarla de la muñeca por la fuerza.
—¡Nos atacan ninjas! ¡NOS ATACAN NINJAS!— Clamó a toda voz una mujer mientras señalaba con su dedo a la cara de la pelimorada —¡AHHHH!— Chilló de forma aguda la mujer, espantada por los ahora ojos carmesí de la niña.
Pronto el caos se encendió como la pólvora y tanto manifestantes como transeúntes se amotinaron tratando de escapar del supuesto ataque ninja hacia los protestantes. La gente empezó a correr en todas direcciones mientras se empujaban los unos a los otros, buscando salidas hacia las avenidas y callejones que daban a la calzada.
"¿¡Porqué a mí!?"
El Takanashi se las apañaba para pasar en medio de la gente, tratando de llegar a donde estaba la pelimorada. Aquello no era su problema, la que inició la trifulca fue la pequeña y no él. Sin embargo no podía desentenderse del asunto, su código le obligaba a hacer algo al respecto aunque seguramente el más perjudicado luego de eso sería él.
"Además si la dejo sola seguramente la situación empeore"
Dió un salto alto para evadir a parte de la turba y caer cerca de la pequeña.
—¿¡Te das cuenta de lo que has hecho!?— Le recriminaría sin pensarlo —Tenemos que irnos AHORA si no queremos que las autoridades nos atrapen— Advirtió mientras intentaba tomarla de la muñeca por la fuerza.