17/09/2016, 18:55
La noche abrazaba con su negro manto aquella ciudad conocida como Shinogi-To. Una alta figura ataviada con capa negra y un kasa correteaba por el sitio, salpicando por todas partes al pasar sobre los charcos sin importarle nada.
"¡Rápido, rápido, rápido!"
En esta ocasión el genin de Taki se había quedado dormido en el hostal sin acordarse siquiera de que el tren partiría esa misma noche. Para cuando despertó se dió cuenta que sólo tenía veinte minutos para llegar, pero aún así trataría de tomar ese tren, ya había perdido uno el día anterior y no tenía ganas de permanecer más tiempo en el País de la Tormenta. Llevaba ya una buena temporada ahí, tras su viaje a Coladragón el Takanashi se quedó algún tiempo en Shinogi-To meditando sobre sus planes a futuro. Las relaciones con el Hakaze-kai no habían cambiado en nada, su familia seguía dependiendo de ellos para conseguir materia prima.
"No sé si regresar a Takigakure o irme directo a Los Herreros, pero ya pensaré en eso cuando esté en el tren. Si es que llego a tiempo"
Justo al filo de la media noche pudo llegar a la estación, corrió a toda velocidad y casi se resbala en el andén debido a la humedad. No importaba cuanto tiempo hubiera pasado ahí, nunca se logró acostumbrar a la lluvia del sitio.
Entró en el último segundo cuando las puertas estaban por cerrarse, apoyó sus manos en sus rodillas mientras jadeaba al tratar de recuperar el aliento. Una vez estando aliviado procedió a avanzar para buscar el vagón menos ocupado, es muy quisquilloso con eso de andar entre multitudes.
Entró a un vagón donde sólo habían tres personas, pasó la vista por el lugar sin prestar atención directamente a nadie, pero tras otear un par de segundos el sitió rápidamente regresó la mirada para volver a observar a cierta persona.
"¿Será posible?"
Una vez más el hado le regalaba una casualidad, esbozó una sonrisa aunque la tela de la capa que cubría su rostro no dejaba verla y avanzó entre los asientos.
—Hey— Contrario a su habitual actitud refinada el Takanashi se permitió saludar de manera coloquial —¿El asiento está libre?— Preguntó alegremente a cierto peliblanco que conocía.
"¡Rápido, rápido, rápido!"
En esta ocasión el genin de Taki se había quedado dormido en el hostal sin acordarse siquiera de que el tren partiría esa misma noche. Para cuando despertó se dió cuenta que sólo tenía veinte minutos para llegar, pero aún así trataría de tomar ese tren, ya había perdido uno el día anterior y no tenía ganas de permanecer más tiempo en el País de la Tormenta. Llevaba ya una buena temporada ahí, tras su viaje a Coladragón el Takanashi se quedó algún tiempo en Shinogi-To meditando sobre sus planes a futuro. Las relaciones con el Hakaze-kai no habían cambiado en nada, su familia seguía dependiendo de ellos para conseguir materia prima.
"No sé si regresar a Takigakure o irme directo a Los Herreros, pero ya pensaré en eso cuando esté en el tren. Si es que llego a tiempo"
Justo al filo de la media noche pudo llegar a la estación, corrió a toda velocidad y casi se resbala en el andén debido a la humedad. No importaba cuanto tiempo hubiera pasado ahí, nunca se logró acostumbrar a la lluvia del sitio.
Entró en el último segundo cuando las puertas estaban por cerrarse, apoyó sus manos en sus rodillas mientras jadeaba al tratar de recuperar el aliento. Una vez estando aliviado procedió a avanzar para buscar el vagón menos ocupado, es muy quisquilloso con eso de andar entre multitudes.
Entró a un vagón donde sólo habían tres personas, pasó la vista por el lugar sin prestar atención directamente a nadie, pero tras otear un par de segundos el sitió rápidamente regresó la mirada para volver a observar a cierta persona.
"¿Será posible?"
Una vez más el hado le regalaba una casualidad, esbozó una sonrisa aunque la tela de la capa que cubría su rostro no dejaba verla y avanzó entre los asientos.
—Hey— Contrario a su habitual actitud refinada el Takanashi se permitió saludar de manera coloquial —¿El asiento está libre?— Preguntó alegremente a cierto peliblanco que conocía.