18/09/2016, 22:36
Aquel chico, a parte de ser un estirado, era bastante rápido "Normal... con las patas tan largas que tiene" la pelimorada corría por el borde de los tejados para poder observar la calle, pero no había rastro del de Taki y eso que la manera de vestir le hacía falta de reconocer en la distancia "No sé siquiera por que lo estoy buscando..." la joven se detuvo al llegar al final de un tejado a dos aguas que daba a una enorme plaza "Mhmm podría decirle que me disculpe... y Koji nunca sabría si es verdad" pasó su mano sobre el chichón que le había dejado el último capón que le acababan de propinar "No... creo que sea mi mejor idea..." aprovechó para rastrear la zona con la mirada tratando de encontrar al chico pero aquella plaza estaba totalmente abarrotada.
El lugar estaba ocupado por varios puestos de gran tamaño, donde los mercaderes exponían sus mejores productos para tratar de convencer a los clientes de que los necesitaban. Encontrar a alguien vestido de manera mundana allí hubiera sido misión imposible pero por suerte su presa esta vez era alguien que llamaba la atención. No tardó mucho en divisar aquel extraño hoiri negro y hakama blanca, además de una abundante melena acompañada por una altura respetable.
"Lo encontré..." la joven le siguió con la mirada mientras el chico avanzaba lentamente entre la marabunta "No entiendo por qué me tengo que disculpar con él..." torció el gesto a la vez que chasqueaba la lengua mostrando su descontento "pero una orden es una orden..." Tomoe rodeó la plaza hasta llegar al tejado más cercano al lugar donde el de ojos dispares observaba un puesto "Allá vamos" de un saltó cayó sobre un tejadito intermedio para después caer al suelo quedando en dirección al chico.
Avanzó esquivando a los transeúntes hasta llegar a donde se encontraba el chico, le agarró el hakama para tirar y llamar su atención
—Largilucho, lo siento— fue lo que dijo, en eso era lo que consistía pedir perdón ¿no? pues eso, misión cumplida. Ahora solo quedaba esperar una respuesta afirmativa por parte del chico y todo estaría correcto.
"Ahora dirá "No pasa nada" y yo podré irme a buscar ese maldito almacén además de decirle a Koji que cumplí su misión"
El lugar estaba ocupado por varios puestos de gran tamaño, donde los mercaderes exponían sus mejores productos para tratar de convencer a los clientes de que los necesitaban. Encontrar a alguien vestido de manera mundana allí hubiera sido misión imposible pero por suerte su presa esta vez era alguien que llamaba la atención. No tardó mucho en divisar aquel extraño hoiri negro y hakama blanca, además de una abundante melena acompañada por una altura respetable.
"Lo encontré..." la joven le siguió con la mirada mientras el chico avanzaba lentamente entre la marabunta "No entiendo por qué me tengo que disculpar con él..." torció el gesto a la vez que chasqueaba la lengua mostrando su descontento "pero una orden es una orden..." Tomoe rodeó la plaza hasta llegar al tejado más cercano al lugar donde el de ojos dispares observaba un puesto "Allá vamos" de un saltó cayó sobre un tejadito intermedio para después caer al suelo quedando en dirección al chico.
Avanzó esquivando a los transeúntes hasta llegar a donde se encontraba el chico, le agarró el hakama para tirar y llamar su atención
—Largilucho, lo siento— fue lo que dijo, en eso era lo que consistía pedir perdón ¿no? pues eso, misión cumplida. Ahora solo quedaba esperar una respuesta afirmativa por parte del chico y todo estaría correcto.
"Ahora dirá "No pasa nada" y yo podré irme a buscar ese maldito almacén además de decirle a Koji que cumplí su misión"