20/09/2016, 22:08
El ambiente entre ellos había mejorado. Juro no tuvo que ser un adivino para notarlo. Nabi reflejó una postura mucho más tranquila, y Kazuma... bueno, Kazuma parecía igual de serio e imperturbable que siempre. Pero el mismo ambiente terminó por relajarle a él también, bajando los hombros y relajando postura.
— Por mi, mientras no nos pasemos de la hora límite, podemos ir a preguntar tanto como querais. Pero habrá que turnarse para cargar con las herramientas.
Juro asintió, rememorando las palabras que él mismo había dicho. Quizá ahora era el momento de hacer esos objetivos, pero debían darse prisa. Esta vez el que designó a alguien para la misión no fue otro más que el mismo Kazuma, contando con el apoyo del Uchiha:
—Ya que estamos aquí, creo que no perderíamos nada con pedirle información al dueño. A su manera, Nabi nos sacó del atasco en la primera casa, y yo trate con la agradable anciana de la segunda… Creo que es tu turno de tratar cara a cara con los civiles, Juro.
»Digo, fuera yo, pero… Este sitio es lúgubre y raro, parece la típica casa de los psicópatas en la obras de teatro.
Juro frunció el ceño, en desaprobación con lo que le dijo.
— No tiene gracia... — Sin embargo, abandonó su postura relajada y miró en dirección hacia la casa, con ademán de ir — Pero tienes razón. Yo me encargo esta vez.
Después de despedirse, partió a la misión que le habían encomendado, dentro de la propia misión que le había mandado Shiori. Un poco lioso. Se acercó con paso ligero a la puerta de la casa, y llamó con dos sencillos toques. En unos cuantos segundos, el dueño de la casa apareció. Juro observó su rostro; su frente estaba arrugada, con el ceño permanentemente fruncido. Parecía cansado.
— ¡Buenos días! — exclamó Juro, con algo de timidez —. Formó parte del grupo de genins de limpieza. Ya hemos terminado con ello, por lo que vengo a preguntarle por la información.
El hombre se mantuvo unos segundos en silencio, aunque pareció recordar finalmente.
— Por supuesto, pasa, pasa.
Con un sonoro portazo, Juro se adentró en la casa con paso firme, y siguió al hombre a través del pasillo rectangular que se le mostró. Finalmente, le acompañó hasta el salón.
— Mi invitada aún sigue por aquí. Espero que no te importe...
— Tranquilo, no pasa...
Juro se paralizó durante unos momentos, en la puerta. Sobre un gran sofá de color verde pistacho, había una presencia conocida. Bajita, con gafas, y el pelo negro. Era la mujer que presumía de ser una detective. Tenía una libreta en la mano, y parecía estar muy atareada garabateando en ella. Cuando Juro entró, esta levantó la cabeza y sonrió profundamente.
— Hola.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60