4/10/2016, 23:25
Se le había cerrado el estómago. Ya no tenía ni hambre, ni sed, ni ganas de hacer otra cosa que no fuese tumbarse en la cama y no levantarse en semanas. Estaba hundido, anímica y psicológicamente. Le habían dado una puñalada donde más le dolía, el bolsillo, y había perdido toda esperanza de sacar provecho a aquel tortuoso viaje.
Cuando Akame abandonó el bar, él se levantó también, pagando su cuenta y dirigiéndose en dirección contraria a la que había tomado su compañero. En dirección al baño.
—Ahora estoy con vosotros —dijo a Karamaru, con los hombros hundidos y la voz cansada.
Fue una vez allí, mientras vaciaba su vejiga en el ponzoñoso agujero que tenían por baño, que recordó quién era. Él era Uchiha Datsue, infame shinobi de Takigakure que había vendido el honor de su Aldea por un par de joyas. ¿Acaso un estafador de poca monta iba a dejarle en evidencia? Joder, ¡no! ¡Claro que no! Sus ojos volvieron a brillar con una codicia inusitada, y la euforia recorrió sus venas como un Ribereño del Sur al hacer una de sus fechorías. Tal fue su emoción que…
—¡Auch! ¡Mierda! —frunció el ceño y se quedó pensativo—. Bueno… ya lo limpiarán. Si total, tampoco es que haya mucha diferencia con cómo estaba antes…
Salió a la sala principal con una sonrisa renovada, esperando que Karamaru ya estuviese en el exterior junto a Akame. Entonces, se dirigió a la barra y realizó una seña al camarero para que se le acercase:
—Usted también se ha dado cuenta, ¿verdad? —preguntó, con una media sonrisa dibujada en el rostro, como si estuviese a punto de contar un chiste—. Esos dos tenían frente a sus narices la mayor fuente de información que un ninja pueda tener y ni se molestaron en intentar tirarle de la lengua… Así es, amigo mío, así es. Principiantes —el Uchiha rio, sin mucha esperanza de que el camarero le imitase. No le importaba. Tan solo quería volver a tener su atención—. Pero no se confíe. Esos dos tienen más suerte que un Uzureño alcohol en las venas en plena vendimia. Hágame caso cuando le digo que terminarán por resolver el misterio… Lo cual sería estupendo, ¿verdad? —se inclinó hacia él y bajó la voz—. Aunque… por otra parte, sería una pena que el tal Itachi se fuese de rositas. Ya me imagino el tipo de persona que es. Del tipo que no le importa engañar a familias enteras para que alquilen su finca, con tal de sacarse unas monedas. Estoy convencido que hay personas que pagarían —a Datsue se le iluminó la mirada cuando dijo la última palabra—, y mucho, además, porque alguien le diese un buen escarmiento —la mano de Datsue se deslizó por la barra, dejando sobre ella tres papeles higiénicos recortados. Aunque, a ojos del camarero, se trataban de tres impolutos billetes de cincuenta ryos. Era cierto que el Uchiha se había prometido no pagar con dinero falso, pero aquello no se podía considerar pagar, ¿verdad?—. Lo que trato de decirle, buen hombre, es que estaría eternamente agradecido si alguien me susurrase al oído qué puertas debería tocar para encontrarme con dichas personas…
Datsue salió justo a tiempo para oír que Akame planeaba visitar al alguacil.
—Me parece buena idea —afirmó, con cara de póker—. ¿Sabéis dónde está su casa? Con toda esta jodida niebla no veo a dos palmos de mi cara...
Cuando Akame abandonó el bar, él se levantó también, pagando su cuenta y dirigiéndose en dirección contraria a la que había tomado su compañero. En dirección al baño.
—Ahora estoy con vosotros —dijo a Karamaru, con los hombros hundidos y la voz cansada.
Fue una vez allí, mientras vaciaba su vejiga en el ponzoñoso agujero que tenían por baño, que recordó quién era. Él era Uchiha Datsue, infame shinobi de Takigakure que había vendido el honor de su Aldea por un par de joyas. ¿Acaso un estafador de poca monta iba a dejarle en evidencia? Joder, ¡no! ¡Claro que no! Sus ojos volvieron a brillar con una codicia inusitada, y la euforia recorrió sus venas como un Ribereño del Sur al hacer una de sus fechorías. Tal fue su emoción que…
—¡Auch! ¡Mierda! —frunció el ceño y se quedó pensativo—. Bueno… ya lo limpiarán. Si total, tampoco es que haya mucha diferencia con cómo estaba antes…
Salió a la sala principal con una sonrisa renovada, esperando que Karamaru ya estuviese en el exterior junto a Akame. Entonces, se dirigió a la barra y realizó una seña al camarero para que se le acercase:
—Usted también se ha dado cuenta, ¿verdad? —preguntó, con una media sonrisa dibujada en el rostro, como si estuviese a punto de contar un chiste—. Esos dos tenían frente a sus narices la mayor fuente de información que un ninja pueda tener y ni se molestaron en intentar tirarle de la lengua… Así es, amigo mío, así es. Principiantes —el Uchiha rio, sin mucha esperanza de que el camarero le imitase. No le importaba. Tan solo quería volver a tener su atención—. Pero no se confíe. Esos dos tienen más suerte que un Uzureño alcohol en las venas en plena vendimia. Hágame caso cuando le digo que terminarán por resolver el misterio… Lo cual sería estupendo, ¿verdad? —se inclinó hacia él y bajó la voz—. Aunque… por otra parte, sería una pena que el tal Itachi se fuese de rositas. Ya me imagino el tipo de persona que es. Del tipo que no le importa engañar a familias enteras para que alquilen su finca, con tal de sacarse unas monedas. Estoy convencido que hay personas que pagarían —a Datsue se le iluminó la mirada cuando dijo la última palabra—, y mucho, además, porque alguien le diese un buen escarmiento —la mano de Datsue se deslizó por la barra, dejando sobre ella tres papeles higiénicos recortados. Aunque, a ojos del camarero, se trataban de tres impolutos billetes de cincuenta ryos. Era cierto que el Uchiha se había prometido no pagar con dinero falso, pero aquello no se podía considerar pagar, ¿verdad?—. Lo que trato de decirle, buen hombre, es que estaría eternamente agradecido si alguien me susurrase al oído qué puertas debería tocar para encontrarme con dichas personas…
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Datsue salió justo a tiempo para oír que Akame planeaba visitar al alguacil.
—Me parece buena idea —afirmó, con cara de póker—. ¿Sabéis dónde está su casa? Con toda esta jodida niebla no veo a dos palmos de mi cara...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado