11/10/2016, 13:16
-No te preocupes, no quiero pelear. A mí tampoco me gustan mucho los enfrentamientos...
-[darkorange]Pues no sabes lo que me alegra oír eso. Respondí aliviado. -Me gusta más solucionar los problemas empleando la diplomacia. Aunque claro, si no hay más remedio que luchar... Suspiré, no me gustaba el cansancio físico, y peleando se sudaba demasiado.
Odio el sudor....
Eri no tenía mucha confianza en si misma, algo que no lograba entender. ¿Quizás algún trauma de la infancia? A fin de cuentas, todas las cosas que nos limitan son consecuencia directa o indirecta, de traumas infantiles. Al hablar de combatir, noté como Eri divagó por unos intantes, para que seguidamente me diera la razón.
-Está bien, Yoshi-don-suerte-san, te creeré. Aunque noté que me diera la razón como a los tontos. Creo que más bien me dio la razón para zanjar el asunto, por mi parte lo consideré una victoria a medias.
- Quizás... Supongo que en Uzushio hay demasiados genios en mi generación y luego estoy yo... Bueno, una ninja médico, pero tampoco tengo nada especial...
Pero luego seguidamente se sinceró y sacó a relucir un problema más profundo de lo que parecía a primera vista. El problema de Eri era su baja autoestima y tenía la desgracia de infravalorarse sin sentido. Luego cayó en la cuenta de algo, como si ese último comentario fuera a ofenderme o algo por el estilo.
- ¡Es decir! No es que en Takigakure no haya genios, ¡Ay! No sé ni lo que digo.
La miré seriamente y le respondí. -Eri-chan, en nuestras aldeas claro que hay genios. En algunas circunstancias pueden parecer a primera vista mejores que nostros. Pero entre tu y yo, yo me he dado cuenta de que perteneces a otra categoría Eri-chan. Y no está precisamente por debajo de "esos genios" que tu dices. Solo tienes que liberarte de tantos pensamientos negativos, debes ser libre, despeja tu mente.
Parecía que Eri volvía en si y sugirió un paseo. Por mi parte me resultó una estupenda idea, no todos los días se podía presumir de pasear con un chica guapa.
-¡Oh! ¡Claro que me apetece!.Tan entusiasmado me encontraba que mi felicidad se vio plasmada en mi ratón de tinta, que se alzó sobre sus dos patitas traseras, se puso de pié en mi hombro y alzó sus dos patitas delanteras como si estuviera realizando alguna especie de baile.
Pasear con una chica era algo nuevo para mí. Comenzamos a caminar pero guardé silencio unos segundos, no sabía que decir por miedo a estropear la situación. Tenía curiosidad por saber los pensamientos que afligían a Eri, pero sacar aquel tema quizás resultase doloroso para ella. Entonces la cuestión era, de que hablar...
Estooo....¿De que le hablo? Los silencios incómodos no son buenos...
-Bueno...ejem...entonces Eri-chan que te gusta hacer...¿En tu tiempo libre? Dije un poco nervioso y dubitativo.
¡Joder! Eso que acabas de decir habrá sonado estúpido...