16/10/2016, 18:06
Nabi cayó al suelo de cara a un mini charco de barro cuando, de forma instantánea, preguntó sobre un Juro enfadado. No entendía aquella reacción, pero cuando quiso agacharse y ayudarlo a levantarse, el rubio cual rayo se levantó de nuevo, recuperando su pose y tomando al animal que, misteriosamente, se había quedado atrapado también en el charco de barro que hasta hacía unos pocos segundos no existía en el panorama.
Puede que llevase allí todo el tiempo, pero Eri no había caído en su presencia. El charco tenía menos carisma que Nabi.
— Pues nada, aquí tienes a Jura, dale de comer tres veces al día y lavarla una vez al mes por lo menos. Y la mitad de los huevos son míos, ¡y su carne también! Pero lo demás es tuyo.
— Pero... Si yo no quiero a la gallina... — Mumuró mirando de forma penetrante a la gallina que ahora reposaba en sus manos mientras veía la espalda del Uchiha alejarse. Los ojos de la chica viajaron por el plumaje del ave mientras intentaba analizar lo que acababa de decir el muchacho.
''¿Tengo de verdad que hacerme cargo de una gallina?''
Pero antes de que desapareciese de su campo de visión, Nabi dio la vuelta y volvió a hablar:
— ¡Y la próxima vez vamos a por un helado! ¡O a por pollo! ¡O UN HELADO DE POLLO!
No pudo evitar sonreír, con una de sus radiantes sonrisas que parecía que el fondo que la acompañaba estaba lleno de flores rosas emanando de su espalda. Levantó su mano izquierda para moverla de forma suave mientras decía:
— Vale.
Cualquiera que lo escuchase diría que fue una afirmación un tanto seca, pero lo que trataba de transmitir era una promesa para volver a verse, y eso es lo que acababa de hacer Eri mientras envolvía a Jura entre sus brazos, daba media vuelta, y se marchaba a paso ligero. Esperando que, por muy difícil de soportar que fuese, ese día prometido llegase pronto.
Puede que llevase allí todo el tiempo, pero Eri no había caído en su presencia. El charco tenía menos carisma que Nabi.
— Pues nada, aquí tienes a Jura, dale de comer tres veces al día y lavarla una vez al mes por lo menos. Y la mitad de los huevos son míos, ¡y su carne también! Pero lo demás es tuyo.
— Pero... Si yo no quiero a la gallina... — Mumuró mirando de forma penetrante a la gallina que ahora reposaba en sus manos mientras veía la espalda del Uchiha alejarse. Los ojos de la chica viajaron por el plumaje del ave mientras intentaba analizar lo que acababa de decir el muchacho.
''¿Tengo de verdad que hacerme cargo de una gallina?''
Pero antes de que desapareciese de su campo de visión, Nabi dio la vuelta y volvió a hablar:
— ¡Y la próxima vez vamos a por un helado! ¡O a por pollo! ¡O UN HELADO DE POLLO!
No pudo evitar sonreír, con una de sus radiantes sonrisas que parecía que el fondo que la acompañaba estaba lleno de flores rosas emanando de su espalda. Levantó su mano izquierda para moverla de forma suave mientras decía:
— Vale.
Cualquiera que lo escuchase diría que fue una afirmación un tanto seca, pero lo que trataba de transmitir era una promesa para volver a verse, y eso es lo que acababa de hacer Eri mientras envolvía a Jura entre sus brazos, daba media vuelta, y se marchaba a paso ligero. Esperando que, por muy difícil de soportar que fuese, ese día prometido llegase pronto.