19/10/2016, 19:37
Riko tan amable de limpiar los pescados por mí, y eso que era una tarea un tanto asquerosa.
Pufff....no se quitara el olor a pescado de las manos en semanas...pobre...
Para no sentirme tan culpable, pensé que antes de limpiar los míos, limpió los suyos. De todos modos, compartiríamos los pescados, al menos mis pescados si. Yo sería incapaz de comer tanto, quizás si fuese otra cosa si, pero pescado no era precisamente algo que me procesara devoción.
— Bien, esto ya está.
-Obra digna de un maestro. Dije convencido. -Los has limpiado a la perfección, tan bien, que dan ganas de comerlos crudos ¡Haha!. Reí con alegría.
Los peces ya estaban en el fuego, comenzaban a oler francamente bien, tan bien, que estaba comenzando a cambiar mi opinión respecto a lo de comer pescado.
Huele de maravilla...se me abre cada vez más el apetito....Ñam...
Ensimismado en el fuego, ya que cuando se me ocurría fijar la mirada en el, me quedaba a veces como hipnotizado. Riko rompió ese trance preguntando el por qué de qué hacía yo aquí.
Pues nada que me falta un tornillo...o dos...
No me quería andar por las ramas, pero tampoco quería dejarme en muy mal lugar....-Pues...nada a veces le doy demasiado vueltas a la cabeza, me ayuda a pensar cuando camino....pero a veces...pues como que se me va el Santo al cielo y acabo como un poco lejos... Me sinceré apurado, mientras intentaba buscar la forma más suave de explicar mi pequeño problema de ensimismamiento.
Después de salir de ese pequeño desliz, le quise profundizar a Riko un poco lo que me rondaba por la cabeza, el era un shinobi como yo, y estaba seguro que entendería a la perfección mi dilema.
-Desde que me gradué como gennin he viajado un poco y claro, inevitablemente he conocido otros shinobis, de mi propia aldea, como de Uzushio y Amegakure. Todos muy validos y formidables, tanto que a veces me da la sensación que me he descuidado un poco en mi entrenamiento. Hize una pequeña pausa para tomar un poco de aire.
-Pues ahora llevo unas semanas tratando de pulir y perfeccionar unas técnicas, pero claro, necesito mucho entrenamiento y experiencia. El solo hecho de pensar en aquello me angustiaba un poco. Por lo que no pude relatar mi problema un poco cabizbajo.
-No es por elogiarte, pero se te ve un tipo muy fuerte. Seguro que no debes tener el mismo problema que yo.
Pufff....no se quitara el olor a pescado de las manos en semanas...pobre...
Para no sentirme tan culpable, pensé que antes de limpiar los míos, limpió los suyos. De todos modos, compartiríamos los pescados, al menos mis pescados si. Yo sería incapaz de comer tanto, quizás si fuese otra cosa si, pero pescado no era precisamente algo que me procesara devoción.
— Bien, esto ya está.
-Obra digna de un maestro. Dije convencido. -Los has limpiado a la perfección, tan bien, que dan ganas de comerlos crudos ¡Haha!. Reí con alegría.
Los peces ya estaban en el fuego, comenzaban a oler francamente bien, tan bien, que estaba comenzando a cambiar mi opinión respecto a lo de comer pescado.
Huele de maravilla...se me abre cada vez más el apetito....Ñam...
Ensimismado en el fuego, ya que cuando se me ocurría fijar la mirada en el, me quedaba a veces como hipnotizado. Riko rompió ese trance preguntando el por qué de qué hacía yo aquí.
Pues nada que me falta un tornillo...o dos...
No me quería andar por las ramas, pero tampoco quería dejarme en muy mal lugar....-Pues...nada a veces le doy demasiado vueltas a la cabeza, me ayuda a pensar cuando camino....pero a veces...pues como que se me va el Santo al cielo y acabo como un poco lejos... Me sinceré apurado, mientras intentaba buscar la forma más suave de explicar mi pequeño problema de ensimismamiento.
Después de salir de ese pequeño desliz, le quise profundizar a Riko un poco lo que me rondaba por la cabeza, el era un shinobi como yo, y estaba seguro que entendería a la perfección mi dilema.
-Desde que me gradué como gennin he viajado un poco y claro, inevitablemente he conocido otros shinobis, de mi propia aldea, como de Uzushio y Amegakure. Todos muy validos y formidables, tanto que a veces me da la sensación que me he descuidado un poco en mi entrenamiento. Hize una pequeña pausa para tomar un poco de aire.
-Pues ahora llevo unas semanas tratando de pulir y perfeccionar unas técnicas, pero claro, necesito mucho entrenamiento y experiencia. El solo hecho de pensar en aquello me angustiaba un poco. Por lo que no pude relatar mi problema un poco cabizbajo.
-No es por elogiarte, pero se te ve un tipo muy fuerte. Seguro que no debes tener el mismo problema que yo.