22/10/2016, 15:40
(Última modificación: 22/10/2016, 15:40 por Inuzuka Nabi.)
Mientras Eri y Gorditosan tenían una profunda conversación sobre sus intenciones en la vida y la inmensidad de las dimensiones paralelas que rodean las decisiones cotidianas, Nabi se dedicaba a correr en circulos y despues aguantar sin caerse del mareo. Estaba comportandose especialmente tonto para que la peliazul ignorara su cambio de personalidad que casi mata a uno de los CasiAmes esos.
— Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo...
— ¡Nunca!
Se detuvo en seco, lo cual sumado al impulso y al mareo que llevaba hizo que cayera de boca a la arena. Se iba a levantar a protestar todavía más, pero estaba demasiado mareado así que se quedó tumbado mirando al cielo mientras todo volvía a su sitio. De repente, una cabeza tapó su soleado cielo. Un crio de apenas una decena de años con el tipico pelo negro puntiagudo y despeinado de niño, llevaba una camiseta de manga corta blanca y unos pantalones azul claro tambien cortos. Además de una cara de odio intenso hacia el rubio. Quien trago saliva antes de abrir la boca.
— ¡Hombre, Jonathan! Cuanto tiempo, ¿cómo te trata de vida? ¿Ya eres Gennin? ¿Todavía no? ¿Qué tal tus hijos?
— Muere... maldito
Fue apenas un susurro antes de empezar a tirarle arena a base de patadas al suelo mientras el rubio intentaba esquivarle girando sobre si mismo. Haciendo uso de su escasa agilidad y de su inhumana destreza se puso de pie de un salto y empezó a correr. Por suerte el chaval no le alcanzaba, pero la distancia entre ellos tampoco se ensanchaba, tal era la velocidad del Uchiha. Mientras el muchacho no dejaba de tirarle arena.
— ¡Vamos a calmarnos! ¡Por favor!
— ¡Infringiste el contrato! ¡Te voy a denunciar! ¡Explotador!
— ¡No lo entiendes!
— Calla, me has dejado sin chuches cuando me juraste un sueldo digno por el resto de tu vida
— ¡Eso es mentira! Ahí ya se te está yendo la exageración, además, que ya tienes diez años, ¿chuches? ¡Madura y compra carne de la buena!
Y así seguían discutiendo mientras corrían playa arriba y playa abajo, tirandose arena por todas partes.
— Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo...
— ¡Nunca!
Se detuvo en seco, lo cual sumado al impulso y al mareo que llevaba hizo que cayera de boca a la arena. Se iba a levantar a protestar todavía más, pero estaba demasiado mareado así que se quedó tumbado mirando al cielo mientras todo volvía a su sitio. De repente, una cabeza tapó su soleado cielo. Un crio de apenas una decena de años con el tipico pelo negro puntiagudo y despeinado de niño, llevaba una camiseta de manga corta blanca y unos pantalones azul claro tambien cortos. Además de una cara de odio intenso hacia el rubio. Quien trago saliva antes de abrir la boca.
— ¡Hombre, Jonathan! Cuanto tiempo, ¿cómo te trata de vida? ¿Ya eres Gennin? ¿Todavía no? ¿Qué tal tus hijos?
— Muere... maldito
Fue apenas un susurro antes de empezar a tirarle arena a base de patadas al suelo mientras el rubio intentaba esquivarle girando sobre si mismo. Haciendo uso de su escasa agilidad y de su inhumana destreza se puso de pie de un salto y empezó a correr. Por suerte el chaval no le alcanzaba, pero la distancia entre ellos tampoco se ensanchaba, tal era la velocidad del Uchiha. Mientras el muchacho no dejaba de tirarle arena.
— ¡Vamos a calmarnos! ¡Por favor!
— ¡Infringiste el contrato! ¡Te voy a denunciar! ¡Explotador!
— ¡No lo entiendes!
— Calla, me has dejado sin chuches cuando me juraste un sueldo digno por el resto de tu vida
— ¡Eso es mentira! Ahí ya se te está yendo la exageración, además, que ya tienes diez años, ¿chuches? ¡Madura y compra carne de la buena!
Y así seguían discutiendo mientras corrían playa arriba y playa abajo, tirandose arena por todas partes.
—Nabi—