24/10/2016, 13:25
- Bueno... Si insistís... Pero yo quiero un helado. Y no os preocupéis que lo mío lo pago yo... ¿Dónde vamos?
Kaiten se limpió la boca de arena. La última palabra la había dicho como si de un sordo mudo se tratase por tener papel de lija en vez de lengua. Giró el cuello hacia otro lado y pegó soplidos para que esta se despegase de su boca.
- Pues donde queráis, yo ya lo he probado todo en esta ciudad, he pasado por tantos locales que ya ni diferencio. – Dijo dejando caer su panza sobre su mano. - Aunque lo de la heladería suena bien, sobre todo para aliviar la arena en la boca.
Nabi que estaba de mientras a su bola en la vuelta 52 de su circuito de arena personal paró en seco.
- ¡Nunca!
Y cayó.
- ¡Leche! ¡Que se ha muerto del esfuerzo!
Y vio a Nabi como bobo que se quedó mirando las nubes (sí, como él mismo había hecho tantas veces antes).
En estas que apareció un niño que ni corto ni perezoso empezó a tirar arena a su compañero exhausto. Todo estaba pasando muy rápido a su alrededor ¿no íbamos a la heladería hace un momento?
Nabi se levantó y empezaron a correr el uno detrás del otro mientras se culpaban, como si de un show se tratase, pues parecía más bien algo cómico. Kaiten sintió un arrebato de unirse a su causa corriendo por toda la playa aunque fuese porque quería que cuando es de día el cielo fuera de color rosa. Pero no, ya era suficiente y tenía demasiada hambre, quería su helado ya.
- ¡Parad ya! ¡Tú, deja de correr! – Señalando a Nabi - ¡Y tú de perseguirle!
Ahí se quedó entrecortada su voz, no sabía si no le iban a hacer caso o se le quedarían mirando. Nunca antes había sido tan impulsivo debido a su calma habitual y se puso rojo de la vergüenza. ¡Pero es que tenía hambre! Miró a Eri para ver como reaccionaba visto lo que acababa de pasar.
Kaiten se limpió la boca de arena. La última palabra la había dicho como si de un sordo mudo se tratase por tener papel de lija en vez de lengua. Giró el cuello hacia otro lado y pegó soplidos para que esta se despegase de su boca.
- Pues donde queráis, yo ya lo he probado todo en esta ciudad, he pasado por tantos locales que ya ni diferencio. – Dijo dejando caer su panza sobre su mano. - Aunque lo de la heladería suena bien, sobre todo para aliviar la arena en la boca.
Nabi que estaba de mientras a su bola en la vuelta 52 de su circuito de arena personal paró en seco.
- ¡Nunca!
Y cayó.
- ¡Leche! ¡Que se ha muerto del esfuerzo!
Y vio a Nabi como bobo que se quedó mirando las nubes (sí, como él mismo había hecho tantas veces antes).
En estas que apareció un niño que ni corto ni perezoso empezó a tirar arena a su compañero exhausto. Todo estaba pasando muy rápido a su alrededor ¿no íbamos a la heladería hace un momento?
Nabi se levantó y empezaron a correr el uno detrás del otro mientras se culpaban, como si de un show se tratase, pues parecía más bien algo cómico. Kaiten sintió un arrebato de unirse a su causa corriendo por toda la playa aunque fuese porque quería que cuando es de día el cielo fuera de color rosa. Pero no, ya era suficiente y tenía demasiada hambre, quería su helado ya.
- ¡Parad ya! ¡Tú, deja de correr! – Señalando a Nabi - ¡Y tú de perseguirle!
Ahí se quedó entrecortada su voz, no sabía si no le iban a hacer caso o se le quedarían mirando. Nunca antes había sido tan impulsivo debido a su calma habitual y se puso rojo de la vergüenza. ¡Pero es que tenía hambre! Miró a Eri para ver como reaccionaba visto lo que acababa de pasar.