26/10/2016, 22:06
Ante la duda, Kazuma reaccionó al peligro. Mientras aquellas dos personas continuaban con el intercambio de cordialidades propias entre un invitado y el dueño de la casa, se acercó al peligro, disimulando su actitud con la excusa de ir a recoger su chaqueta. En un abrir y cerrar de ojos, la llave había desaparecido de su mano.
Secretamente, la había dejado cerca de la ventana, en un sitio suficientemente escondido para que no la pudiesen ver de lejos, y suficientemente al alcance para que el dueño terminase por encontrarla, quizá en mitad de una limpieza general, o quizá cuando se asomase a la ventana por la mañana. Juro se sorprendió así mismo al recordar lo despistado que le había parecido; probablemente lo achacaría a un fallo suyo, no a un robo. Era perfecto, aunque lamentablemente, la llave ya no serviría como prueba incriminatoria.
—Es mejor dejarla ahí y esperar a que el mismo la encuentre. En realidad, no sé si es la decisión más acertada, pero me haré responsable ante la sensei si es que acaso he obrado mal
— Bien hecho — terminó por decir, aún sorprendido de lo acertado de su compañero.
Nabi permaneció en un silencio que no pudo interpretar demasiado bien. Quizá siguiese enfadado, quizá no. Vete tu a saber lo que pasaba por esa mente trastornada y psicótica.
— ¡Adios!
Se habían librado de la llave, y Kazuma había regresado de aquel peligro, pero aun se mantenían demasiado cerca para poder escapar del rango de peligro. La mujer se había despedido del hombre, y ahora se encontraba recorriendo los escasos metros que les separaban, con el ceño fruncido.
"Por favor, que nos deje en paz. Que nos deje en paz..."
Se mantuvo en silencio mientras la mujer parecía pasar de largo a su lado. Dio un paso, otro paso, y otro paso, alejándose levemente de su vista, tapada por el muro ya en el exterior.
Juro respiró, aliviado. Ya esta. Se había marchado.
Sin embargo, no todo iba a ser tan bonito. Su rostro volvió a aparecer segundos después, asomado, mirándoles con extrañeza. Rehízo un paso, otro paso... hasta plantarse cerca suyo, en la puerta de la valla, con una expresión semejante a la perplejidad.
— La investigación ha terminado. Estoy a punto de marcharme. — Realmente parecía sorprendida —. ¿No vais a pararme ni a decir nada?
Secretamente, la había dejado cerca de la ventana, en un sitio suficientemente escondido para que no la pudiesen ver de lejos, y suficientemente al alcance para que el dueño terminase por encontrarla, quizá en mitad de una limpieza general, o quizá cuando se asomase a la ventana por la mañana. Juro se sorprendió así mismo al recordar lo despistado que le había parecido; probablemente lo achacaría a un fallo suyo, no a un robo. Era perfecto, aunque lamentablemente, la llave ya no serviría como prueba incriminatoria.
—Es mejor dejarla ahí y esperar a que el mismo la encuentre. En realidad, no sé si es la decisión más acertada, pero me haré responsable ante la sensei si es que acaso he obrado mal
— Bien hecho — terminó por decir, aún sorprendido de lo acertado de su compañero.
Nabi permaneció en un silencio que no pudo interpretar demasiado bien. Quizá siguiese enfadado, quizá no. Vete tu a saber lo que pasaba por esa mente trastornada y psicótica.
— ¡Adios!
Se habían librado de la llave, y Kazuma había regresado de aquel peligro, pero aun se mantenían demasiado cerca para poder escapar del rango de peligro. La mujer se había despedido del hombre, y ahora se encontraba recorriendo los escasos metros que les separaban, con el ceño fruncido.
"Por favor, que nos deje en paz. Que nos deje en paz..."
Se mantuvo en silencio mientras la mujer parecía pasar de largo a su lado. Dio un paso, otro paso, y otro paso, alejándose levemente de su vista, tapada por el muro ya en el exterior.
Juro respiró, aliviado. Ya esta. Se había marchado.
Sin embargo, no todo iba a ser tan bonito. Su rostro volvió a aparecer segundos después, asomado, mirándoles con extrañeza. Rehízo un paso, otro paso... hasta plantarse cerca suyo, en la puerta de la valla, con una expresión semejante a la perplejidad.
— La investigación ha terminado. Estoy a punto de marcharme. — Realmente parecía sorprendida —. ¿No vais a pararme ni a decir nada?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60