24/11/2016, 04:30
En vista de que su compañero no tenía ni la más mínima intención de colaborar para salir de aquella grieta juntos, el joven peliblanco se decidió por ir junto con la corriente, como buen nativo de la espiral; si bien Tatsuya estaba indispuesto, por instinto trataría de buscar una salida, y teniendo en cuenta sus habilidades como ninja era poco probable que terminara muerto o atrapado, en cuyo caso el Ishimura podría ayudarle o continuar por su cuenta… Dependiendo de cuál de las dos cosas sucediera.
«Supongo que le seguiré un rato… A ver qué pasa», pensó, mientras que ,silenciosamente e inadvertidamente, caminaba cerca de la senda por la que andaba su compañero.
El pasadizo se tornaba más oscuro a cada paso que daban hasta el punto en que el de ojos grises era incapaz de divisar a Tatsuya. Ante la duda de lo que pudiese tener enfrente, se limitó a seguir en absoluto silencio los ruidos que se llegaban a escuchar delante de él, algunos sonaban como quejas o gruñidos, y otros como simples sonidos guturales.
En cierto punto, en medio de la total oscuridad, se percibió un chillido y un intenso aletear que se fue intensificando a medida que parecía acercarse hacia donde estaban. La criatura debía de ir de bajada, pues el Ishimura apenas sintió una agitación en el aire por encimas de sí, pero el Takanashi, que iba más adelante, podría llegar a sentir como, en medio de la oscuridad, algo rozaba con fuerza su cabeza y revolvía con violencia sus cabellos.
«Supongo que le seguiré un rato… A ver qué pasa», pensó, mientras que ,silenciosamente e inadvertidamente, caminaba cerca de la senda por la que andaba su compañero.
El pasadizo se tornaba más oscuro a cada paso que daban hasta el punto en que el de ojos grises era incapaz de divisar a Tatsuya. Ante la duda de lo que pudiese tener enfrente, se limitó a seguir en absoluto silencio los ruidos que se llegaban a escuchar delante de él, algunos sonaban como quejas o gruñidos, y otros como simples sonidos guturales.
En cierto punto, en medio de la total oscuridad, se percibió un chillido y un intenso aletear que se fue intensificando a medida que parecía acercarse hacia donde estaban. La criatura debía de ir de bajada, pues el Ishimura apenas sintió una agitación en el aire por encimas de sí, pero el Takanashi, que iba más adelante, podría llegar a sentir como, en medio de la oscuridad, algo rozaba con fuerza su cabeza y revolvía con violencia sus cabellos.