28/12/2016, 16:08
Al recordar la ubicación del joven al cual deseaban brindarle ayuda, el calvo dejó escapar unas palabras de sus labios expresando su ánimo de llegar, parecía que no quería perder mucho más tiempo. Por su parte el joven médico se limitó a asentir con un gesto de su cabeza, posiblemente se sentía de la misma forma que él pero visto y considerando lo dicho, no tenía mucho más que aportar a ese tópico.
Seguidamente y en respuesta a su inocente interrogante, el calvo comentaría que él nunca había pasado a vivir a la urbe tecnológica que era Amegakure sino que se mantenía en una casa próxima en los campos, por demás curioso casi que le empezaba a picar en algún lado que no podía rascar al menos que siguiese preguntando.
No, llevo unos años aquí pero no llevo toda mi vida viviendo en la aldea. De ahí que siempre este con esto encima.
Comentaría para luego hacer referencia al paraguas que cargaba prácticamente siempre que estuviese fuera de su casa. Le hubiese gustado seguir la conversación pero a efectos de distancia estaban prácticamente enfrente de la academia para cuando quiso darse cuenta.
Supongo que tendremos que dejar las preguntas para más tarde.
Fue el pensamiento que se cruzó en aquel instante por su cabeza. Ante todo la prioridad era el futuro de aquel joven, devolverle su collar y llevarlo ante la líder absoluta de la Aldea oculta entre la Lluvia.
Hemos llegado, Habaki-san.
Anunció Mogura mientras daba los primeros pasos hacía el interior de la recepción.
Seguidamente y en respuesta a su inocente interrogante, el calvo comentaría que él nunca había pasado a vivir a la urbe tecnológica que era Amegakure sino que se mantenía en una casa próxima en los campos, por demás curioso casi que le empezaba a picar en algún lado que no podía rascar al menos que siguiese preguntando.
No, llevo unos años aquí pero no llevo toda mi vida viviendo en la aldea. De ahí que siempre este con esto encima.
Comentaría para luego hacer referencia al paraguas que cargaba prácticamente siempre que estuviese fuera de su casa. Le hubiese gustado seguir la conversación pero a efectos de distancia estaban prácticamente enfrente de la academia para cuando quiso darse cuenta.
Supongo que tendremos que dejar las preguntas para más tarde.
Fue el pensamiento que se cruzó en aquel instante por su cabeza. Ante todo la prioridad era el futuro de aquel joven, devolverle su collar y llevarlo ante la líder absoluta de la Aldea oculta entre la Lluvia.
Hemos llegado, Habaki-san.
Anunció Mogura mientras daba los primeros pasos hacía el interior de la recepción.