28/12/2016, 21:30
Como un beso en la nuca, incomprensible y por sorpresa, de esos que te hacen erizar la piel en un escalofrío que recorre el cuerpo de arriba a abajo, la peliblanca apareció. Tras doblar la esquina, cosa que no es fácil pues es una figura tangible y realmente dura, ni mas ni menos que todo un edificio... en fin, allí los vio.
LOS DOS.
Estaban dando un paseo bajo la lluvia, en plan parejita, como en una película de poco presupuesto. La verdad, los orbes de la peliblanca se volvieron puro fuego. Tenía frente a ella a la jinchuriki, y al médico. Menudo mujeriego estaba hecho el muy menudo. Dejó caer un resoplido, su entrecejo se frunció, y fue entonces que tomó la iniciativa. Aprovechando que aún no la habían visto, dado a la distancia, sacó de la bolsa de los recados una fresca y tierna lechuga. Sin mediar palabra, se la lanzó con muy mala idea a la pobre chica. Bueno, pobre por llamarla de algún modo, no debía tontear con Mogura...
SLAAAAASH!
Lechugazo en plena sesera. Aunque peor destino depararía al médico, pero ahora... era el momento de salir corriendo. Como alma que lleva el diablo, la peliblanca se escabulló entre las calles.
LOS DOS.
Estaban dando un paseo bajo la lluvia, en plan parejita, como en una película de poco presupuesto. La verdad, los orbes de la peliblanca se volvieron puro fuego. Tenía frente a ella a la jinchuriki, y al médico. Menudo mujeriego estaba hecho el muy menudo. Dejó caer un resoplido, su entrecejo se frunció, y fue entonces que tomó la iniciativa. Aprovechando que aún no la habían visto, dado a la distancia, sacó de la bolsa de los recados una fresca y tierna lechuga. Sin mediar palabra, se la lanzó con muy mala idea a la pobre chica. Bueno, pobre por llamarla de algún modo, no debía tontear con Mogura...
SLAAAAASH!
Lechugazo en plena sesera. Aunque peor destino depararía al médico, pero ahora... era el momento de salir corriendo. Como alma que lleva el diablo, la peliblanca se escabulló entre las calles.
