2/01/2017, 22:19
Alejado ya unos cuantos pasos de sus compañeros, el calvo buscaba por el lado este de la recepción. Echaba la mirada a los bancos que allí había, la mayoría vacíos. Se le hacía extraño que, tras decirle que esperase en ese lugar, el muchacho no apareciese. ¿Acaso había perdido la fe en los shinobis?
«No... No puede ser... Tiene que estar por aquí. En algún lugar»
En el momento que giró en su cuerpo para encarar otro camino, pudo ver cómo una puerta se abría. Por el cartel se podía asumir que eran los baños, y tras la puerta aparecioso el inocente niño que tiempo atrás encontró llorando. No sabía muy bien cómo ni por qué pero Karamaru comenzó a sentir mucha emoción, ansiedad y felicidad dentro suyo. Cómo si de verdad le estuviese cambiando la vida al completa al pequeño.
Con la sonrisa más gigante posible sobre su rostro comenzó a acercarse. El collar pasó de su bolsillo a su mano, escondida entre la palma y los dedos.
¡EH! ¡NIÑO! ¿Me recuerdas? Traje algo para tí.
Se colocó en cuclillas justo a su lado, extendió el brazo y abrió la mano. Allí se postraba el collar sobre la carne del calvo esperando se retornado a su dueño, un dueño que el calvo esperaba con todas ganas que sea un poco más feliz. Solo quedaba llevarlo con personas de mayor rango para poder cambiar de verdad su vida.
«No... No puede ser... Tiene que estar por aquí. En algún lugar»
En el momento que giró en su cuerpo para encarar otro camino, pudo ver cómo una puerta se abría. Por el cartel se podía asumir que eran los baños, y tras la puerta aparecioso el inocente niño que tiempo atrás encontró llorando. No sabía muy bien cómo ni por qué pero Karamaru comenzó a sentir mucha emoción, ansiedad y felicidad dentro suyo. Cómo si de verdad le estuviese cambiando la vida al completa al pequeño.
Con la sonrisa más gigante posible sobre su rostro comenzó a acercarse. El collar pasó de su bolsillo a su mano, escondida entre la palma y los dedos.
¡EH! ¡NIÑO! ¿Me recuerdas? Traje algo para tí.
Se colocó en cuclillas justo a su lado, extendió el brazo y abrió la mano. Allí se postraba el collar sobre la carne del calvo esperando se retornado a su dueño, un dueño que el calvo esperaba con todas ganas que sea un poco más feliz. Solo quedaba llevarlo con personas de mayor rango para poder cambiar de verdad su vida.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘