5/01/2017, 00:30
Finalmente luego de que la pelirroja se negase a entablar la más mínima conversación con el albino, y un tiempo de risas después, el jefe de la guardia salió finalmente dejando en claro lo que había estado haciendo todo ese rato y es que no era ninguna sorpresa, para nada, una tal Tatsuko seguramente sea la favorita del tipo. ~Vendrá bien recordar el nombre si algún día necesito molestar al tipejo este. ~Pensaba la kunoichi que seguía cruzada de brazos justo frente al letrero de siempre a la espera de que finalmente se movilizaran todos.
Inclusive pudo notar como el jefe parecía querer intimidar a todos los allí presentes pero con ella al menos no lo lograría, pues se mostraba seria y bastante tranquila realmente, pues el único culpable verdadero era el ladrón y la guardia ineficiente.
Luego de la ceremonia estúpida de despedida, todo el montón que había estado esperando fuera del local rojo incluyendo los shinobis comenzaron la marcha a lo que seguramente sería el ‘cuartel’, si es que así se lo podía llamar, pues parecía más un cuchitril en que el que no sería sorpresa ver a varias cucarachas correteando de un lado al otro. ~Me recuerda a mi casa. ~Pensó por un instante. No recibía respuestas y probablemente porque estaba sumamente tranquila y rodeada de gente que la escucharía e interrumpiría sin dudarlo ni un instante. Además, ¿qué tanto los iban a seguir reteniendo allí?
Y luego de bastante los separaron, por fin podría valerse por sus propias palabras y no dejar que el de cabellos blancos la hundiese innecesariamente, aunque cabía la posibilidad de que este dijese algo en contra suya para lograr lo contrario pero… No, de todas maneras Ritsuko no iba a mentir en nada para evitarse dramas aparte, pues las mentiras a la larga terminarían encontrándose incluso cuando se pone poco empeño en descubrirlas, solo faltaba que apareciera el jodido que les interrogaría.
—Por dios. —Susurraba para sí misma mientras luchaba con un par de cucarachas que intentaban subírsele por los pies.
Inclusive pudo notar como el jefe parecía querer intimidar a todos los allí presentes pero con ella al menos no lo lograría, pues se mostraba seria y bastante tranquila realmente, pues el único culpable verdadero era el ladrón y la guardia ineficiente.
Luego de la ceremonia estúpida de despedida, todo el montón que había estado esperando fuera del local rojo incluyendo los shinobis comenzaron la marcha a lo que seguramente sería el ‘cuartel’, si es que así se lo podía llamar, pues parecía más un cuchitril en que el que no sería sorpresa ver a varias cucarachas correteando de un lado al otro. ~Me recuerda a mi casa. ~Pensó por un instante. No recibía respuestas y probablemente porque estaba sumamente tranquila y rodeada de gente que la escucharía e interrumpiría sin dudarlo ni un instante. Además, ¿qué tanto los iban a seguir reteniendo allí?
Y luego de bastante los separaron, por fin podría valerse por sus propias palabras y no dejar que el de cabellos blancos la hundiese innecesariamente, aunque cabía la posibilidad de que este dijese algo en contra suya para lograr lo contrario pero… No, de todas maneras Ritsuko no iba a mentir en nada para evitarse dramas aparte, pues las mentiras a la larga terminarían encontrándose incluso cuando se pone poco empeño en descubrirlas, solo faltaba que apareciera el jodido que les interrogaría.
—Por dios. —Susurraba para sí misma mientras luchaba con un par de cucarachas que intentaban subírsele por los pies.