13/01/2017, 23:07
(Última modificación: 14/01/2017, 00:37 por Amedama Daruu.)
No muy lejos del distrito comercial, en el conjunto de apartamentos Shimishi, más exactamente en el apartamento 303 algo pequeño pero lo justo como para que dos almas se desarrollaran en lo medianamente posible, Hazegawa dormía plácidamente a tempranas horas justo cuando el sol comenzaba a asomarse, aunque entre tanta lluvia el ambiente se mantenía frio y cómodo para dormir, al menos hasta que el estruendoso despertador de haze se activara y como era costumbre lo dejaba cerca de la almohada así maximizaba el efecto y al sentir como su almohada temblaba, logro despertar.
—¿Ya amaneció? — Logro sentarse en la cama mirando el infinito, con la derecha desactivo el despertador, observando la hora y enarcando una ceja al ver la misma. —¿Un cuarto para las seis— Dijo entre un bostezo, poniéndose de pie encaminándose hacia la puerta, aun en calzoncillos y sin tender la cama, había algo más importante que aquello debía de llegar primero al baño, en aquel apartamento si bien tenían dos habitaciones una cocina con una pequeña sala de estar, solo contaban con un solo baño.
Pero haze se las había ingeniado, la noche anterior ajusto su despertador justo unos quince minutos antes que el de Keisuke, eso le daría oportunidad de entrar al baño primero y obligaría a su hermano a esperar, que dulce satisfacción le provocaba aquel plan, después de todo a él siempre le había tocado esperar.
Atravesó el umbral de la puerta, atravesó el pasillo y llego al baño, tal y como lo había planeado las luces estaban apagadas, las ventanas cerradas gracias a la lluvia, encendió algunas mientras pasaba, y se adentró en el baño cerrando al pasar y dejando salir las impurezas, lo cual no le tomo mucho y tras finiquitar el asunto, paso a la ducha. — ¿Oí…oí…esta fría— Dijo en voz alta, acto seguido escucho algo en el pasillo aunque muy vagamente dado que la regadera le dejaba escuchar poco.
—Hoy es mi gran día…Chiho-chan me ha dicho de vernos en esa heladería en el distrito comercial, ¡sin duda es una cita!... ¿o podría ser una reunión casual?, Ojala existiera helado de tarako…rayos— Haze no paraba de pensar en lo que le esperaba o al menos tenía planeado para ese día, mientras el agua de la ducha le daba en la cara él pensaba y se ruborizaba, cerro el grifo y tomo una toalla, para secarse mirándose al espejo como siempre diciéndose unas palabras de aliento a sí mismo.
—¿Ya amaneció? — Logro sentarse en la cama mirando el infinito, con la derecha desactivo el despertador, observando la hora y enarcando una ceja al ver la misma. —¿Un cuarto para las seis— Dijo entre un bostezo, poniéndose de pie encaminándose hacia la puerta, aun en calzoncillos y sin tender la cama, había algo más importante que aquello debía de llegar primero al baño, en aquel apartamento si bien tenían dos habitaciones una cocina con una pequeña sala de estar, solo contaban con un solo baño.
Pero haze se las había ingeniado, la noche anterior ajusto su despertador justo unos quince minutos antes que el de Keisuke, eso le daría oportunidad de entrar al baño primero y obligaría a su hermano a esperar, que dulce satisfacción le provocaba aquel plan, después de todo a él siempre le había tocado esperar.
Atravesó el umbral de la puerta, atravesó el pasillo y llego al baño, tal y como lo había planeado las luces estaban apagadas, las ventanas cerradas gracias a la lluvia, encendió algunas mientras pasaba, y se adentró en el baño cerrando al pasar y dejando salir las impurezas, lo cual no le tomo mucho y tras finiquitar el asunto, paso a la ducha. — ¿Oí…oí…esta fría— Dijo en voz alta, acto seguido escucho algo en el pasillo aunque muy vagamente dado que la regadera le dejaba escuchar poco.
—Hoy es mi gran día…Chiho-chan me ha dicho de vernos en esa heladería en el distrito comercial, ¡sin duda es una cita!... ¿o podría ser una reunión casual?, Ojala existiera helado de tarako…rayos— Haze no paraba de pensar en lo que le esperaba o al menos tenía planeado para ese día, mientras el agua de la ducha le daba en la cara él pensaba y se ruborizaba, cerro el grifo y tomo una toalla, para secarse mirándose al espejo como siempre diciéndose unas palabras de aliento a sí mismo.