14/01/2017, 02:50
A los pocos segundos de haber entrado al baño su hermano ya estaba terminando, era cierto alivio porque ahora podría cepillarse los dientes y lavarse la cara con calma. -Ya decía yo que tanto entusiasmo desde temprano…- Comenté desde el baño sin terminar la oración porque era evidente a lo que me refería.
Ya un poco más fresco volví a mi habitación en donde empecé a buscar la ropa que me pondría, la muda que más me gustaba y la más cómoda. -Tú y tu obsesión con el tarako…- Dije al escuchar lo que seguro compraría en cantidades industriales y evidentemente también tendría que comer, no era que no me gustase, sino que comer lo mismo siempre llegaba a cansar.
Salí del cuarto con el pantalón verde y las sandalias negras, mientras mi torso lo cubría una franelilla blanca, dejé el suéter en el espaldar de una de las sillas que se encontraba en la cocina y abrí la nevera rectificando los pocos alimentos que teníamos. -Deberías tomarte la leche antes de que se dañe.- Mencione al rectificar la cantidad de líquido en la caja.
-El pollo agridulce estuvo bueno, pensé que no ibas a dejar nada para hoy jeje.- Dije en broma al ver la bandeja en el mesón. -Pollo y té para desayunar yuju!- Se notó el sarcasmo del comentario, pero nada más podría hacer, era lo único decente que tenían, a menos que quisiera morir envenenado en las manos de la lactosa.
-Entonces ¿por fin tendrán una cita?- Pregunté de forma picara mientras me acercaba para ver su rostro, de seguro se sonrojaría como siempre, sin embargo, noté que estaba leyendo algo y parecía cómico. -¿Y ese libro? ¿De qué es?- Rápidamente se lo quité con la siniestra y leí los párrafos que Haze estaba leyendo; pasaron unos pocos segundos cuando mi rostro se puso rojo como un tomate y cerré en seco el libro con un poco de vergüenza.
-No sabía que comprabas este tipo de libros…- Mencioné sin más para devolverlo e ir a la estufa, porque el agua empezaba a hervir, así que eché las hierbas y apagué la hornilla. -¿Qué falta?- Pregunté como si tuviéramos algo más, de la misma forma llevé la tetera a la mesa.
Ya un poco más fresco volví a mi habitación en donde empecé a buscar la ropa que me pondría, la muda que más me gustaba y la más cómoda. -Tú y tu obsesión con el tarako…- Dije al escuchar lo que seguro compraría en cantidades industriales y evidentemente también tendría que comer, no era que no me gustase, sino que comer lo mismo siempre llegaba a cansar.
Salí del cuarto con el pantalón verde y las sandalias negras, mientras mi torso lo cubría una franelilla blanca, dejé el suéter en el espaldar de una de las sillas que se encontraba en la cocina y abrí la nevera rectificando los pocos alimentos que teníamos. -Deberías tomarte la leche antes de que se dañe.- Mencione al rectificar la cantidad de líquido en la caja.
-El pollo agridulce estuvo bueno, pensé que no ibas a dejar nada para hoy jeje.- Dije en broma al ver la bandeja en el mesón. -Pollo y té para desayunar yuju!- Se notó el sarcasmo del comentario, pero nada más podría hacer, era lo único decente que tenían, a menos que quisiera morir envenenado en las manos de la lactosa.
-Entonces ¿por fin tendrán una cita?- Pregunté de forma picara mientras me acercaba para ver su rostro, de seguro se sonrojaría como siempre, sin embargo, noté que estaba leyendo algo y parecía cómico. -¿Y ese libro? ¿De qué es?- Rápidamente se lo quité con la siniestra y leí los párrafos que Haze estaba leyendo; pasaron unos pocos segundos cuando mi rostro se puso rojo como un tomate y cerré en seco el libro con un poco de vergüenza.
-No sabía que comprabas este tipo de libros…- Mencioné sin más para devolverlo e ir a la estufa, porque el agua empezaba a hervir, así que eché las hierbas y apagué la hornilla. -¿Qué falta?- Pregunté como si tuviéramos algo más, de la misma forma llevé la tetera a la mesa.