15/01/2017, 20:46
—Creo recordar haberte dicho que las preguntas ahora las hago yo, Yoshi— respondió la chica un tanto cortante...
Fruncí el ceño, ya estaba comenzando a notar que la pelimorada le gustaba mandar más de la cuenta, se notaba que era la típica niña de alta cuna. Lo que antaño hubiera sido una presa ideal, si no fuera por el pequeño detalle de que es Kunoichi. Pero ahora que yo también un ninja...
Si hubiera sido un chico ya le habría partido la boca...pero es que las chicas son tan guapas cuando creen que tienen el control, o cuando lo tienen...en ambos casos, huelen tan bien...
-No tengo problemas con eso... Respondí un poco confuso, al no saber a dónde quería llegar la kunoichi.
—Así que dime, ¿de dónde eres realmente? Está claro que no eres de Kusagakure, si no hubieses sabido a quién pertenecía este dojo—
-Soy de ningún sitio, pero Kenzou-sama me aceptó como Kusagakureño. Alcé con la mirada fija en el horizonte, tratando de hacer memoria. -He sido esclavo durante mucho tiempo, y un shinobi de tu villa me rescató. Suspiré al recordar aquella curiosa etapa de mi vida. -Como no tenía hogar donde volver...pues me vine para acá...poco más.
Tras decir aquello, volví a lanzar una mirada al Dojo, la volví a mirar a ella y le dije ni corto ni perezoso. -Por eso no tenía ni puñetera idea de quien es este Dojo, ni ningún otro...¿Entonces eres una chica influyente en Kusagakure? Entonces, yo podría servirte...
Si tiene dinero...yo también podré tener dinero e influencia...
Fruncí el ceño, ya estaba comenzando a notar que la pelimorada le gustaba mandar más de la cuenta, se notaba que era la típica niña de alta cuna. Lo que antaño hubiera sido una presa ideal, si no fuera por el pequeño detalle de que es Kunoichi. Pero ahora que yo también un ninja...
Si hubiera sido un chico ya le habría partido la boca...pero es que las chicas son tan guapas cuando creen que tienen el control, o cuando lo tienen...en ambos casos, huelen tan bien...
-No tengo problemas con eso... Respondí un poco confuso, al no saber a dónde quería llegar la kunoichi.
—Así que dime, ¿de dónde eres realmente? Está claro que no eres de Kusagakure, si no hubieses sabido a quién pertenecía este dojo—
-Soy de ningún sitio, pero Kenzou-sama me aceptó como Kusagakureño. Alcé con la mirada fija en el horizonte, tratando de hacer memoria. -He sido esclavo durante mucho tiempo, y un shinobi de tu villa me rescató. Suspiré al recordar aquella curiosa etapa de mi vida. -Como no tenía hogar donde volver...pues me vine para acá...poco más.
Tras decir aquello, volví a lanzar una mirada al Dojo, la volví a mirar a ella y le dije ni corto ni perezoso. -Por eso no tenía ni puñetera idea de quien es este Dojo, ni ningún otro...¿Entonces eres una chica influyente en Kusagakure? Entonces, yo podría servirte...
Si tiene dinero...yo también podré tener dinero e influencia...