15/01/2017, 21:06
— ¡Voy a dar un paseo! — exclamó Juro, cerrando la puerta tras de casa tras de sí, antes de que Katsue pudiese impedirselo.
Habían pasado ya unos días desde que se había consagrado como shinobi. Y realmente no había hecho nada de provecho, además de entrenar. Ni si quiera una misión que valiese la pena. Katsue había aprovechado su inactividad para convertirle en su esclavo personal y a encasquetarle todo tipo de recado que se tuviese que hacer.
"Que le den. Necesito tiempo para mi"
Aunque la verdad es que no tenía nada que hacer, y ya no quería entrenar. Juro comenzó a caminar en solitario por las calles. Estas estaban pobladas de gente, a plena luz del día. Eso junto a las casas daba una sensación de tranquilidad que adoraba. De seguridad. Podía llevar su bandana colgada al cuello sin problemas, y su collar al descubierto. Estaba en casa.
Sus pasos le llevaron inconscientemente de camino al mercado. Quizá por una coincidencia, o quizá porque llevaba haciendo ese camino durante días y su escasa memoria en temas de orientación aún lo tenía guardado.
Aunque solo era un paseo, su compañero de viajes no podía faltar. Juro se ajustó el pequeño arnés que utilizaba a es espalda, donde iba Gen y la manta que lo cubría. Quizá era excesivo, y probablemente no le iba a venir bien para la espalda, pero no podía viajar sin él. Ya había comprobado que aún era muy pronto y demasiado inexperto para controlar a Rem — la otra marioneta que le había dado su hermana — por lo que ahora, dependía totalmente de lo que llevaba tras su espalda.
Ensimismado en sus pensamientos, a punto estuvo de ser arrollado por un carro, pero se apartó a un lado a tiempo antes de que pasase. El carro frenó a una escasa distancia de donde se encontraba. Afortunadamente, no había muchos civiles por la zona y no había arrollado a nadie de ahí. Juro se acercó al carro, con una mezcla de curiosidad y algo de molestia. Creía haber escuchado risas, pero quizá era su imaginación. Puede que simplemente hubiese sido un accidente. En él, había un chico algo mayor que él, con el pelo verde y una tez clara que le recordó a la suya propia. Al menos, estaba intacto.
— ¡Casi me arrollas! — protestó. Luego, trató de calmarse un poco , y rectificó—. ¿Te encuentras bien? ¿Se te ha ido el carro en la cuesta o algo así?
Desde luego, no entendía porque estaba subido en el carro. Pero ninguna persona normal se tiraría con un carro por ahí sin ninguna razón aparente. Quizá le hubiesen gastado una jugarreta o algo así.
Habían pasado ya unos días desde que se había consagrado como shinobi. Y realmente no había hecho nada de provecho, además de entrenar. Ni si quiera una misión que valiese la pena. Katsue había aprovechado su inactividad para convertirle en su esclavo personal y a encasquetarle todo tipo de recado que se tuviese que hacer.
"Que le den. Necesito tiempo para mi"
Aunque la verdad es que no tenía nada que hacer, y ya no quería entrenar. Juro comenzó a caminar en solitario por las calles. Estas estaban pobladas de gente, a plena luz del día. Eso junto a las casas daba una sensación de tranquilidad que adoraba. De seguridad. Podía llevar su bandana colgada al cuello sin problemas, y su collar al descubierto. Estaba en casa.
Sus pasos le llevaron inconscientemente de camino al mercado. Quizá por una coincidencia, o quizá porque llevaba haciendo ese camino durante días y su escasa memoria en temas de orientación aún lo tenía guardado.
Aunque solo era un paseo, su compañero de viajes no podía faltar. Juro se ajustó el pequeño arnés que utilizaba a es espalda, donde iba Gen y la manta que lo cubría. Quizá era excesivo, y probablemente no le iba a venir bien para la espalda, pero no podía viajar sin él. Ya había comprobado que aún era muy pronto y demasiado inexperto para controlar a Rem — la otra marioneta que le había dado su hermana — por lo que ahora, dependía totalmente de lo que llevaba tras su espalda.
Ensimismado en sus pensamientos, a punto estuvo de ser arrollado por un carro, pero se apartó a un lado a tiempo antes de que pasase. El carro frenó a una escasa distancia de donde se encontraba. Afortunadamente, no había muchos civiles por la zona y no había arrollado a nadie de ahí. Juro se acercó al carro, con una mezcla de curiosidad y algo de molestia. Creía haber escuchado risas, pero quizá era su imaginación. Puede que simplemente hubiese sido un accidente. En él, había un chico algo mayor que él, con el pelo verde y una tez clara que le recordó a la suya propia. Al menos, estaba intacto.
— ¡Casi me arrollas! — protestó. Luego, trató de calmarse un poco , y rectificó—. ¿Te encuentras bien? ¿Se te ha ido el carro en la cuesta o algo así?
Desde luego, no entendía porque estaba subido en el carro. Pero ninguna persona normal se tiraría con un carro por ahí sin ninguna razón aparente. Quizá le hubiesen gastado una jugarreta o algo así.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60