20/01/2017, 00:33
Sin duda alguna, su extravagante respuesta hizo mella en ambos genin. El que no se hallaba engatusado por la ilusión soltó drásticamente la duda, y el afectado directamente quiso desmentir la tontería, pero sus palabras tuvieron que retornar por donde querían salir. Quedó asombrado ante el hecho, e incluso tomó la carta para verlo desde mas cerca. Leyó por un instante la agresiva letra, y queriendo enfadarse, no pudo mas que mantenerse en silencio.
El de cabellera color carbón sin embargo no tardó en burlarse de la ida de pinza. Para él estaba mas que clara la identidad de la burla, pero eso no era así para el afectado. Ante el comentario de que eso era tan solo una carta de poker, éste respondió sin pensar negando por completo lo evidente; para él la realidad era bien distinta, no estaba equivocado en absoluto, tan solo veía las cosas de manera diferente. En efecto, el chico terminó algo mas calmo, e inquirió que ya había hecho suficiente por salvar a su mascota, que debía irse a casa. Seguro que para el otro chico todo ésto sonaba mas que absurdo e ilógico, pero he ahí lo bonito de la magia.
El chico hizo una mueca de tristeza, sus orbes azules barrieron el suelo hasta volver a tomar contacto con los del chico que aún sostenía la carta. —¿Cómo puede existir gente tan malvada tío? Secuestrar a un pobre e indefenso animal... en serio, no es justo...
»¿De veras piensas que estará bien? Normalmente el 70% de los secuestros terminan en mal asunto... y eso por no hablar del caso de los animales, que esa cifra suele ser mas elevada... En serio, no puedo volver a casa y hacer como que no pasó nada... no puedo... De nuevo, él mismo se estaba tragando su propia trola. No había ni pies ni cabeza para ésto, pero era un auténtico genio de la discordia. No era un chico con don de palabras, casi todos solían aburrirse de él, pero había logrado encontrar la manera de llamar la atención siempre. Liarla parda, esa era la auténtica solución a su problema.
—Esa amenaza pone claramente que lo matará si no hago lo que dicen... ¿La viste de bien?— Inquirió de nuevo. —En serio, si le pasa algo a Mordisquitos... no podría perdonármelo.
Ante todo, ya debía poner nombre a su mascota imaginaria... eso lo hacía aún mas creíble.
El de cabellera color carbón sin embargo no tardó en burlarse de la ida de pinza. Para él estaba mas que clara la identidad de la burla, pero eso no era así para el afectado. Ante el comentario de que eso era tan solo una carta de poker, éste respondió sin pensar negando por completo lo evidente; para él la realidad era bien distinta, no estaba equivocado en absoluto, tan solo veía las cosas de manera diferente. En efecto, el chico terminó algo mas calmo, e inquirió que ya había hecho suficiente por salvar a su mascota, que debía irse a casa. Seguro que para el otro chico todo ésto sonaba mas que absurdo e ilógico, pero he ahí lo bonito de la magia.
El chico hizo una mueca de tristeza, sus orbes azules barrieron el suelo hasta volver a tomar contacto con los del chico que aún sostenía la carta. —¿Cómo puede existir gente tan malvada tío? Secuestrar a un pobre e indefenso animal... en serio, no es justo...
»¿De veras piensas que estará bien? Normalmente el 70% de los secuestros terminan en mal asunto... y eso por no hablar del caso de los animales, que esa cifra suele ser mas elevada... En serio, no puedo volver a casa y hacer como que no pasó nada... no puedo... De nuevo, él mismo se estaba tragando su propia trola. No había ni pies ni cabeza para ésto, pero era un auténtico genio de la discordia. No era un chico con don de palabras, casi todos solían aburrirse de él, pero había logrado encontrar la manera de llamar la atención siempre. Liarla parda, esa era la auténtica solución a su problema.
—Esa amenaza pone claramente que lo matará si no hago lo que dicen... ¿La viste de bien?— Inquirió de nuevo. —En serio, si le pasa algo a Mordisquitos... no podría perdonármelo.
Ante todo, ya debía poner nombre a su mascota imaginaria... eso lo hacía aún mas creíble.