20/01/2017, 16:38
Hazegawa se había desligado en gran medida del asunto, ayudo a los pequeños a salir del tobogán junto con la joven que los acompañaba, la cual tomo su bolso y con una cálida sonrisa le atizo un besillo en la mejilla cuando Keisuke había hecho la mayor parte del trabajo, —Muchas gracias— Dijo ella haciendo una leve reverencia y se marchó tomando a los pequeños de las manos.
Las mejillas del joven Hyuga se encendieron tras aquel gesto de agradecimiento, olvido por momentos que su hermano se había ido tras un posible bandido de tres al cuarto, se encogió de hombros y metió sus manos en sus bolsillos para ir encaminándose hacia Keisuke y o el sujeto ese que se había dado a la fuga.
Tras atravesar un corto trayecto llego al otro lado del parque, podía ver claramente a Keisuke parado en mitad de la arena buscando como loco, haze no pudo evitar rascarse la nuca y poco le costó detectar al sujeto, que había logrado esconderse en uno de los toboganes para los niños pero el tiro le salió por la culata, se había quedado atascado dejando el trasero afuera al parecer el tobogán era demasiado angosto como para que un adulto se deslizara por ahí.
—Oí…oí, terminemos con esto— Dijo aun con el rosa en sus mejillas, señalando en dirección al tobogán, que estaba tras una casita de colores que solían usar los críos para jugar, el bandido había acabado en una posición vergonzosa, aun así haze no se iba a dignar a hacerle algo más veía aquello como una especie de karma divino, y se encogió de hombros encaminándose a la salida, si kei-chan iba a hacerle algo, seria mientras el caminaba hacia la salida.
Las mejillas del joven Hyuga se encendieron tras aquel gesto de agradecimiento, olvido por momentos que su hermano se había ido tras un posible bandido de tres al cuarto, se encogió de hombros y metió sus manos en sus bolsillos para ir encaminándose hacia Keisuke y o el sujeto ese que se había dado a la fuga.
Tras atravesar un corto trayecto llego al otro lado del parque, podía ver claramente a Keisuke parado en mitad de la arena buscando como loco, haze no pudo evitar rascarse la nuca y poco le costó detectar al sujeto, que había logrado esconderse en uno de los toboganes para los niños pero el tiro le salió por la culata, se había quedado atascado dejando el trasero afuera al parecer el tobogán era demasiado angosto como para que un adulto se deslizara por ahí.
—Oí…oí, terminemos con esto— Dijo aun con el rosa en sus mejillas, señalando en dirección al tobogán, que estaba tras una casita de colores que solían usar los críos para jugar, el bandido había acabado en una posición vergonzosa, aun así haze no se iba a dignar a hacerle algo más veía aquello como una especie de karma divino, y se encogió de hombros encaminándose a la salida, si kei-chan iba a hacerle algo, seria mientras el caminaba hacia la salida.