¿Entre la espada y el...lago?

[King Roga]

Silencio, ruido, chapuzón. Alguien había acudido a su rescate en el momento más oportuno, con la eficiencia requerida para casos de esto tipo y más en la zona que se hallaban.

"Ya era hora"

Refunfuñaba mentalmente, no le cuadraba para nada que se dieran ese tipo de ataques dentro de una aldea oculta. El agua terminó por despeinarle, y él, irónicamente, no se lo sabía arreglar. Total, el ir así con plantas de niña era capricho de su hermana, por lo que no se molesto siquiera en acomodárselo un poco. En vez de eso se centró en las palabras del hombre que les salvó el pellejo, quien aparentemente era maestro de Hazegawa.

—¿Extremistas?— Preguntó sin siquiera saludar o dar las gracias. Pensaba que era la obligación de los guardias mantener el orden en estos casos —Me sorprende que exista gente capaz de llegar a esto con los precedentes de rudeza que tiene la Arashikage, más aún por una nimiedad como la pesca ilegal. Es completamente absurdo— Sentenció mientras se cruzaba de brazos mirando al jounin.

A esas alturas no sabía ni porqué se sorprendía, muchos causaban estragos a sus anchas, aunque no de forma tan pública como esa extraña mujer enmascarada. Él mismo fue testigo que incluso dentro de Amegakure existía gente podrida que no necesariamente estaba involucrada con los asuntos políticos que rodeaban a Amekoro Yui. Quién sabe cuantas cosas más se mantenían en secreto con tal de no alterar a la población.