3/02/2017, 20:20
—¿Y todavía te da la cara para preguntar? —Reclamó la kunoichi ante aquella afirmación del contrario.
~¿Y se supone que es un shinobi? ¡Tendría que saber que las aldeas están escondidas por algo! ~Además, si vamos al caso, las aldeas literalmente se pueden encontrar en cualquier parte del país, después de todo no hay nada dicho realmente y se supone que los shinobis solo conocen la ubicación de su propia aldea sin más, a no ser que logre averiguarla de alguien más pero esa ya es otra historia.
Aunque lo más importante en ese preciso instante para Ritsuko era justamente encargarse de llevar al tuerto a algún superior ya que las palabras necias del mismo no hacían más que molestarla.
—La sigues embarrando con cada palabra. —Respondió la pelirroja que ya había decidido acercarse al chico incluso si eso significaba tener un combate allí mismo.
Pero una vez más la de la silla de ruedas sacaría las papas del fuego con un regaño que hizo callar al de pelo púrpura. Ritsuko por su parte simplemente dejó de avanzar para centrar la mirada en la contraria, el chico no aportaba nada más que motivos para que les detuvieran a ambos.
—Supongo que tú si entiendes la gravedad de lo que dijo tu acompañante. —Diría a regañadientes pasando completamente de Kagetsuna. —No puedo dejarlos que se vayan por libre así como así. —Recalcaría con cierta frustración porque lo último que se esperaba en aquel viaje suyo era tener que tratar con gente problemática como este shinobi de Amegakure.
Aunque gracias al cielo Hangaku sí estaba pensando cómo debía en lugar de mostrarse como una rebelde sin causa oponiéndose a las autoridades.
~¿Y se supone que es un shinobi? ¡Tendría que saber que las aldeas están escondidas por algo! ~Además, si vamos al caso, las aldeas literalmente se pueden encontrar en cualquier parte del país, después de todo no hay nada dicho realmente y se supone que los shinobis solo conocen la ubicación de su propia aldea sin más, a no ser que logre averiguarla de alguien más pero esa ya es otra historia.
Aunque lo más importante en ese preciso instante para Ritsuko era justamente encargarse de llevar al tuerto a algún superior ya que las palabras necias del mismo no hacían más que molestarla.
—La sigues embarrando con cada palabra. —Respondió la pelirroja que ya había decidido acercarse al chico incluso si eso significaba tener un combate allí mismo.
Pero una vez más la de la silla de ruedas sacaría las papas del fuego con un regaño que hizo callar al de pelo púrpura. Ritsuko por su parte simplemente dejó de avanzar para centrar la mirada en la contraria, el chico no aportaba nada más que motivos para que les detuvieran a ambos.
—Supongo que tú si entiendes la gravedad de lo que dijo tu acompañante. —Diría a regañadientes pasando completamente de Kagetsuna. —No puedo dejarlos que se vayan por libre así como así. —Recalcaría con cierta frustración porque lo último que se esperaba en aquel viaje suyo era tener que tratar con gente problemática como este shinobi de Amegakure.
Aunque gracias al cielo Hangaku sí estaba pensando cómo debía en lugar de mostrarse como una rebelde sin causa oponiéndose a las autoridades.