6/02/2017, 11:58
Parecía que Izumi tampoco le hacía mucha gracia tener que trabajar en compañía, quizás al igual que yo, no vería a nadie digno para formar equipo, es que había cada cuerpo escombro que daba hasta miedo. Eso si, si aprobaron en la academia es por que algo tendrían.
Seguro que se trata de esos shinobis que empuñan armas, y sin ellas solo son unos sacos de carne blanditos
—Eres un pelota— comenzó la muchacha —y eso me gusta, vas ganando puntos— le comentó la joven con naturalidad, como quién está acostumbrada a ese tipo de actitudes —pero no hace falta, ya tengo demasiados—
-¿Pelota yo? Hmm... Respondí claramente ofendido e indignado. -Como se nota que no me conoces...Yo he peleado mucho en la vida, y se distinguir cuando veo a alguien, cuando es duro de roer y cuando no lo es Aclaré la cosa tajante y convencido de mis palabras. -Y tu tienes pinta de ser una kunoichi que me tendría que esforzar algo para vencerte. Rematé mis palabras que podrían ser mal interpretadas, pero nada más lejos de la realidad.
¿¡Pero que cojones!?
Se le fue la olla a la Señorita Izumi-sama cuando le comenté la posibilidad de partirle las piernas a quien le acechaba para poder dedicar nuestro tiempo en hacer cosas productivas en vez de jugar al escondite. Pero la cosa era que era su abuela en persona quien le daría caza, en cuanto descubriera que en vez de estudiar, malgastaba su tiempo paseando con un tipo opuesto como yo.
-Joder como te pones, ¿Yo que iba a saber que será tu abuela quien vendrá a por ti? Lo normal en la aristocracia es enviar a un lacayo o dos... Aunque eso demostraba que su abuela se preocupaba por su nieta, quizás demasiado para el gusto de la Señorita Izumi-sama. Pero aunque la Señorita Izumi-sama pensara que lo que tenía de musculo me faltaba de sesera. Ella misma me dio la clave para tener una grata conversación con su abuela, simplemente si yo llevaba a la Señorita Izumi-sama de vuelta a su casa, podría comenzar una distinguida charla con su abuela, quizás con algunos puntos en mi favor.
¡Claro!, ¿Cómo no se me había ocurrido antes?
-Por cierto...¿Y por que cojones no estás estudiando? En vez de perder el tiempo por ahí? Si tu abuela quería que estudiaras, yo opino que deberías hacerle puto caso. Te lo digo por que ¡joder! yo no tuve esa puñetera oportunidad y creo que la estás desperdiciando. Sentencié molesto, a fin de cuentas, no tenía pinta de que me fuera invitar a comer ni a nada de nada...
Seguro que se trata de esos shinobis que empuñan armas, y sin ellas solo son unos sacos de carne blanditos
—Eres un pelota— comenzó la muchacha —y eso me gusta, vas ganando puntos— le comentó la joven con naturalidad, como quién está acostumbrada a ese tipo de actitudes —pero no hace falta, ya tengo demasiados—
-¿Pelota yo? Hmm... Respondí claramente ofendido e indignado. -Como se nota que no me conoces...Yo he peleado mucho en la vida, y se distinguir cuando veo a alguien, cuando es duro de roer y cuando no lo es Aclaré la cosa tajante y convencido de mis palabras. -Y tu tienes pinta de ser una kunoichi que me tendría que esforzar algo para vencerte. Rematé mis palabras que podrían ser mal interpretadas, pero nada más lejos de la realidad.
¿¡Pero que cojones!?
Se le fue la olla a la Señorita Izumi-sama cuando le comenté la posibilidad de partirle las piernas a quien le acechaba para poder dedicar nuestro tiempo en hacer cosas productivas en vez de jugar al escondite. Pero la cosa era que era su abuela en persona quien le daría caza, en cuanto descubriera que en vez de estudiar, malgastaba su tiempo paseando con un tipo opuesto como yo.
-Joder como te pones, ¿Yo que iba a saber que será tu abuela quien vendrá a por ti? Lo normal en la aristocracia es enviar a un lacayo o dos... Aunque eso demostraba que su abuela se preocupaba por su nieta, quizás demasiado para el gusto de la Señorita Izumi-sama. Pero aunque la Señorita Izumi-sama pensara que lo que tenía de musculo me faltaba de sesera. Ella misma me dio la clave para tener una grata conversación con su abuela, simplemente si yo llevaba a la Señorita Izumi-sama de vuelta a su casa, podría comenzar una distinguida charla con su abuela, quizás con algunos puntos en mi favor.
¡Claro!, ¿Cómo no se me había ocurrido antes?
-Por cierto...¿Y por que cojones no estás estudiando? En vez de perder el tiempo por ahí? Si tu abuela quería que estudiaras, yo opino que deberías hacerle puto caso. Te lo digo por que ¡joder! yo no tuve esa puñetera oportunidad y creo que la estás desperdiciando. Sentencié molesto, a fin de cuentas, no tenía pinta de que me fuera invitar a comer ni a nada de nada...